Las elecciones de hoy en Chipre suponen un plebiscito para el presidente Kyprianu

Las elecciones legislativas que se celebran hoy en Chipre constituyen una especie de plebiscito para el presidente Spyros Kyprianu, cuya firmeza en las conversaciones con los turcochipriotas sobre la reunificación de la isla ha sido vehementemente criticada por los dos principales partidos de oposición.

El quid de la consulta electoral consiste en saber si la formación derechista Rally y los comunistas prosoviéticos del Akel obtendrán juntos en el Parlamento la mayoría necesaria de dos tercios para enmendar la Constitución, acortando el mandato del actual jefe del Estado y convocando a continuación comicios presidenciales anticipados.Aunque su ideología política es radicalmente opuesta, los líderes de Rally, Glafcos Clerides, y del Akel, Ezekias Papaioannau, hicieron hasta el viernes campañas electorales paralelas en las que denunciaron al unísono que Kyprianu haya desperdiciado "la única oportunidad de pactar una retirada escalonada de las tropas turcas del tercio septentrional de la isla", del que se apoderaron hace 11 años para "socorrer" a la comunidad turcochipriota.

Desde entonces, el dirigente de esta comunidad minoritaria, Rauf Denktash, ha ido asentando en el norte del país un Estado cuya independencia, sólo reconocida por Ankara, proclamó en noviembre de 1983, aunque a principios de este año se mostró dispuesto a aceptar el borrador de un acuerdo de reunificación elaborado por el secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, que no obtuvo el visto bueno de Kyprianu.

Ambas formaciones opositoras aprobaron la pasada primavera una moción de censura instando a Kyprianu a adoptar una actitud más conciliante en la negociación o a dimitir, pero a pesar de la abrumadora mayoría con la que contaban en el Parlamento -23 de los 35 escaños- la Constitución presidencialista de Chipre no obliga al jefe del Estado a someterse a sus resoluciones.

Para lograr su propósito, comunistas y conservadores forzaron, en noviembre, la autodisolución del Parlamento, provocando unas elecciones anticipadas en las que esperan alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria para acortar el mandato de Kyprianu, elegido hace dos años y medio con el 56% de los sufragios gracias al apoyo del Akel, de cuyos ministros prescindió en diciembre de 1984.

Avance conservador

Al Rally y al Akel juntos les faltaba, en el anterior Parlamento, un sólo escaño para lograr la mayoría requerida, pero es probable que en la nueva Cámara baja tampoco consigan alcanzarla, porque si los últimos sondeos prevén un aumento del primero, que puede cosechar hasta un 32% de los sufragios emitidos, el segundo puede retroceder, en cambio, hasta convertirse en el segundo partido del país, con un 30% de los votos.Ni siquiera en el supuesto de que conquisten 37 de los 56 escaños del nuevo Parlamento ampliado es seguro que puedan deshacerse de Kyprianu. En los debates televisivos, en los que participó el presidente, dejó muy claro que cualquiera que sean las circunstancias "acabaría su mandato en 1988" porque, de lo contrario, opina, el reconocimiento por la comunidad internacional de la legalidad del Gobierno grecochipriota podría ser puesto en tela de juicio.

Frente a las dos principales fuerzas políticas, las formaciones que apoyan al presidente, -su partido demócrata (centrista-liberal) y el socialista Edek- deben alcanzar un 25% y un 12%, respectivamente, de los sufragios a menos que el implícito respaldo que les brindó el viernes el primer ministro griego, Andreas Papandreu, no logre aportarles algunos votos suplementarios. En un discurso pronunciado ante el Parlamento griego, el jefe del Ejecutivo de Atenas pidió a los grecochipriotas que no acepten hoy ninguna solución al problema de su isla dividida que incluya un calendario para la retirada turca, que debe ser inmediata.