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TRIBUNALES

Los tres 'gal' juzgados en la Audiencia Nacional niegan su participación en el asesinato de Leiba

JOSÉ YOLDI, Mariano Moraleda Muñoz, Daniel Fernández Aceña y Víctor Manuel Navascués Gil, los tres presuntos miembros de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) juzgados ayer en la Audiencia Nacional acusados del asesinato del ciudadano francés Jean-Pierre Leiba, negaron su participación en el atentado. El fiscal les acusa del asesinato, de pertenecer a una banda armada y de tenencia ilícita de armas, por lo que solicita para los dos primeros un total de 39 años, y para Navascués, 10 años. La acusación particular considera que Navascués es inductor del asesinato, por lo que pide 39 años para los tres.

Los defensores solicitan la absolución, por considerar que sus patrocinados no han participado en los hechos que se les imputan.Según el fiscal, Moraleda y Fernández Aceña esperaron la salida del trabajo de Leiba y el primero disparó sobre él a corta distancia. Ambos pertenecen a los GAL, donde se integraron a propuesta de Navascués.

Fernández Aceña y Moraleda, que en todas sus declaraciones ante la policía y el juzgado habían afirmado que pertenecían a los GAL, negaron ayer en el juicio su pertenencia a la citada organización.

Ambos habían inculpado en repetidas ocasiones a Navascués como cerebro del comando Jaizubia de los GAL, al que ellos pertenecían, pero ante el tribunal afirmaron que no le habían visto nunca, hecho que hasta fue desmentido por el propio Navascués, que reconoció que en una ocasión había conversado con Fernández Aceña en el taller de neumáticos y recambios de automóvil de Irún que había sido propiedad de su padre y en el que trabajaba.

Negar todo

Preguntados por la razón por la que modificaban sus declaraciones anteriores, Fernández Aceña y Moraleda dijeron que tenían miedo y que la policía les había obligado a declarar que pertenecían a los GAL.

Moraleda, ex legionario, que fue detenido en la frontera el 1 de marzo de 1984, poco después de cometerse el asesinato de Leiba, justificó el hecho en que había ido a buscar trabajo a la empresa en que trabajaba la víctima y que, cuando se acercó a la puerta y oyó gritos y ruido, huyó porque un grupo de trabajadores le tiraba piedras, le llamaba asesino y pretendía lincharle. Sin embargo, al ser detenido dijo a la policía que estaba implicado en el atentado de Hendaya y que había sido Dan¡ (Fernández Aceña) el que había disparado.

Fernández Aceña era compañero de trabajo de Leiba, aunque en distinto turno, y le fue ocupada la pistola con que se realizó el asesinato. Manifestó en el juicio que el día del atentado no fue a Francia y que compró la pistola por 25.000 pesetas a una persona de San Sebastián apodada el Moro. En el sumario consta que Aceña había declarado ante la policía y el juez que Moraleda había disparado contra Leiba con la pistola que les había entregado Navascués. Moraleda la había tirado al suelo, pero él la recogió y la guardó. También dijo que había sido objeto de una manipulación, porque, según él, en comisaría le dijeron que declarara pertenecer a los GAL y que saldría pronto en libertad.

'Cerebro'

Navascués, presunto cerebro del grupo, fue defendido por Ángel López-Montero, que fue abogado del ex teniente coronel Tejero en el 23-F. Navascués, que estuvo siete meses buscado por la policía, explicó que el día del atentado no le encontró la policía en su casa de Irún porque había ido al médico a Cintruénigo (Navarra). Negó toda relación con los GAL y el asesinato de Leiba. Preguntado si era el cerebro del grupo, dijo: "¡Qué más quisiera yo que tener cerebro para eso o para otras cosas!". Navascués añadió que había sido amenazado cuando participó con Alianza Popular en las elecciones.

Vicente Manuel Fernández, que fue detenido el día del atentado con Moraleda y Fernández Aceña y que declaró como testigo, confesó que estos dos acusados, junto con Juan Luis García Anuarbe -que también fue detenido ese día- y él mismo, formaban un comando para recoger información sobre los refugiados vascos, y que Moraleda y Fernández Aceña le habían dicho que pertenecían a los GAL.

Durante el juicio se celebró un careo entre Fernández Aceña y el periodista Santiago Aroca, de la revista Tiempo. Aceña decía que Aroca había inventado el contenido de una entrevista con él, aunque reconocía que se habían entrevistado. Aroca ratificó todos los extremos de la entrevista y dijo que ésta había sido solicitada por Aceña. En la publicación, Aceña daba detalles del asesinato de Jean-Pierre Leiba y decía que los GAL no habían ajusticiado a Leiba por error, sino porque era un agente doble que informaba para ETA y para los GAL al mismo tiempo.

Fuentes jurídicas competentes han señalado que mientras Navascués estuvo huido, tanto Moraleda como Fernández Aceña le acusaron de ser el organizador, de pagar los gastos que el grupo originaba y de facilitar las armas para la realización de atentados, pero que las declaraciones de ambos variaron sustancialmente a partir del momento en que Navascués se entregó.

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