El contraterrorismo
El modo torpe, brutal, expeditivo y sangriento con que fueron liquidados los secuestros terroristas de Bogotá y Malta lo hacen semejante a un medicamento que, aplicado a un enfermo canceroso, atacase implacablemente a las células malas... y a las buenas. La eficacia de un tratamiento así sería definitiva para acabar con el proceso neoplásico, aunque a costa de pagar un alto precio: la muerte del paciente. Claro está que con tan riguroso proceder, dos cosas pudieron quedar a salvo. Una, el principio de autoridad del Gobierno colombiano; otra, una valiosa aeronave propiedad del Gobierno egipcio. Aunque salpicadas ambas de abundante sangre inocente, eso sí.- Martín Balboa.
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