La investigación sobre el aumento del consumo de metadona se centra en médicos y clínicas

La investigación policial que se desarrolla en colaboración con las autoridades sanitarias ministeriales y de la Comunidad de Madrid para conocer las causas de que, en unos meses, el consumo de metadona en Madrid se haya incrementado en un 1.000% se centran en las actuaciones de médicos y clínicas privadas, según reconocieron ayer fuentes de los tres departamentos, policiales y sanitarios. El negocio de la metadona es una expresión usada con frecuencia para calificar estas actuaciones.

Según un informe elaborado por la Consejería de Salud y Bienestar Social de la Comunidad de Madrid, desde abril de 1984 a junio de 1985, el número de médicos autorizados para prescribir metadona en el tratamiento de desintoxicación de heroinómanos ha ascendido de 13 a 136. A su vez, los toxicómanos autorizados a recibir el tratamiento pasaron de 280 a 3.195.Fuentes de la Delegación Provincial del Ministerio de Sanidad y Consumo especificaron que actualmente, los toxicómanos autorizados son unos 400, y que la cifra de 3.195 se refiere a todos los censados en este tiempo, y de los cuales muchos han abandonado el tratamiento, lo han terminado o se les ha suspendido por diferentes motivos. El citado portavoz de la delegación confirmó, sin embargo, que las investigaciones policiales y sus propias averiguaciones permiten sospechar que el control en el suministro de metadona a los toxicómanos era muy deficiente, y existe la posibilidad de que parte de la metadona recetada se haya desviado al tráfico.

Una nota informativa de la delegación provincial cita que "el incremento espectacular en el número de pacientes ya fue detectado hace meses, poniéndose en conocimiento de las diversas instancias superiores e incluso practicándose una investigación policial". Desde hace algún tiempo, las autoridades sanitarias han endurecido los controles sobre las recetas extendidas y la evolución de los toxicómanos en tratamiento. Este hecho, junto con la medida acordada el 22 de noviembre relativa a que la metadona sólo podrá ser consumida en presencia de médicos y en centros públicos autorizados, significará una disminución drástica del número de pacientes.

Un portavoz de la Consejería de Salud y Bienestar Social de la Comunidad de Madrid añadió que las irregularidades observadas son evidentes. "Las clínicas", afirmó dicho portavoz, "son, en su mayoría, pisos sin instalaciones de ningún tipo, en los que el seguimiento de los pacientes era muy deficiente. El tratamiento con metadona se prolongaba a lo largo de meses, cuando no tiene por qué superar algunas, pocas, semanas".

La aparición de estas peculiares clínicas, añadió el portavoz, se explica porque de esta forma varios médicos podían asociarse, con lo que su capacidad para extender recetas y atraer a los pacientes era mayor. De los 136 médicos autorizados para prescribir el tratamiento, un 80% está agrupado en estas clínicas.

Otra vía de investigación se refiere a las ocho farmacias, según el informe citado, que en Madrid están autorizadas a elaborar los preparados de metadona que se servían a los toxicómanos, previa presentación de receta. Los altos precios de los preparados de metadona son lo que más ha llamado la atención de los investigadores, según afirmó el portavoz de la consejería, y lo que permite insistir en la existencia del llamado negocio de la metadona. Un gramo de esta sustancia viene a costar alrededor de 100 pesetas, y -por término medio, ya que cada paciente necesita diferente grado de concentración- se pueden elaborar con él, disuelto en glucosa, entre cuatro y cinco frascos de cuarto de litro de capacidad, frascos que se cobran alrededor de las 1.000 pesetas cada uno.