Cerrojazo a la naturaleza
La Institución para la Educación Ambiental y Defensa de la Naturaleza Retama quiere manifestar sus reservas y dudas por las tácticas que últimamente se están empleando para proteger espacios naturales de indudable interés ecológico y cultural, y que consisten en el cierre al público de dichas áreas, pasando de una situación de total descontrol y falta de respeto por parte de las autoridades encargadas de su custodia a otra diametralmente opuesta de prohibiciones absolutas, mostrando un celo desmedido y sorprendente que no deja de asombrar a los ecologistas que llevamos años abogando por algún tipo de protección eficaz para nuestros últimos reductos naturales.Por supuesto que no estamos a favor de lo que se ha dado en llamar turismo verde, que no es otra cosa que una reconversión del negocio de unos pocos hacia algo que se ha puesto de moda.
Pero tampoco defendemos un conservacionismo a ultranza de áreas cerradas para la mayoría y paso libre para unos pocos, y a las que no se da tan siquiera un uso educativo. No pretendemos tampoco que un parque nacional se pueda llenar de escolares en gran número ni de manera continuada, pues eso causaría mayor deterioro del que nos podemos imaginar, aparte de que no resultaría en absoluto educativo. Pero tampoco nos gusta la idea de que precisamente aquellos que durante años han masacrado sistemáticamente el monte, el bosque, el valle, el río, con el nombre ahora cambiado y con un inusitado celo, pretendan quedarse solos de repente y sin dejarnos pasar a los demás.
Entendemos que hay diversidad de formas de protección y defensa de la naturaleza en las que podrían -y probablemente con mucho éxito- colaborar de manera activa los grupos ecologistas locales, pues el control de la Administración de dichas áreas debería pasar por el tamiz de los grupos y asociaciones ciudadanas.
Sin dicho control o tamiz, ¿qué pasaría -por ejemplo- a partir de ahora en lo que todavía es coto nacional de caza de la sierra de Cazorla cuando la entrada al mismo ha sido restringida al público? ¿Qué está sucediendo -con o sin control- en el parque nacional de Covadonga? ¿Qué llegaría a pasar si lo cerrasen al público y no pudiéramos enterarnos de lo que allí se pretende construir? (septiembre de 1985). ¿Qué sucede en el cañón del río Lobos, que, aunque cerrado al público, siguen descendiendo por sus aguas toda suerte de inmundicias (octubre 1985), entre las que destacan las latas de aceite y neumáticos viejos?
¿Con qué nuevo tipo de protección de la naturaleza nos quieren sorprender estos últimos Gobiernos, aparte de los aterrazamientos consentidos y el desinterés que muestran por sacar de una vez una ley del medio ambiente en condiciones?- Institución para la Educación Ambiental de la Naturaleza Retama.
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