Un empleado civil de la Marina de EE UU, detenido por vender secretos militares a Israel
Un empleado de la Marina norteamericana fue detenido ayer en Washington por vender a la Embajada de Israel documentos que contenían secretos militares.La Oficina Federal de Investigación (FBI) anunció ayer la detención en Washington de Jonathan Jay Pollard, de 31 años de edad, empleado civil de la Marina norteamericana, acusado de retención de documentos secretos y de robo de propiedades del Gobierno. Funcionarios de la Administración norteamericana señalaron que la acusación se refería a la entrega de documentos secretos, incluyendo algunos considerados vitales para la seguridad militar de Estados Unidos, a la Embajada de Israel en EE UU. Las actividades de espionaje en favor de Israel que realizaba Pollard se venían desarrollando desde hacía un número considerable de años.
Un comunicado del FBI precisaba que Pollard había comenzado a trabajar para la Marina en Suitland (Maryland), un suburbio de Washington, pero no fue posible obtener más detalles sobre el tipo de trabajo que desarrollaba ni sobre el tipo de información a que tenía acceso. El breve comunicado oficial no explicaba por qué no se había acusado formalmente a Pollard de espionaje, lo que se interpreta como un intento de preservar en lo posible las relaciones con el gran aliado de EE UU en Oriente Próximo devaluando la acusación a retención de documentos y robo de propiedad oficial. Por añadidura, la declaración tampoco hacía mención de que el robo de documentos fuera para beneficio de Israel. La pena por este tipo de delito es de un máximo de 10 años de cárcel y una multa de 10.000 dólares (1.600.000 pesetas).
La detención de Pollard se producía el mismo día en que el Departamento de Defensa ordenaba la adopción de medidas para restringir el acceso de funcionarios y público en general a secretos militares. En estos momentos cerca de cuatro millones de ciudadanos pueden obtener ese tipo de documentación. Al mismo tiempo, un funcionario de la Embajada israelí declaraba que no tenía conocimiento alguno del hecho más allá de que aquella misma mañana "alguien había sido detenido delante de la Embajada".
Este incidente es el último en una serie prolongada en los últimos tiempos de desastres para el contraespionaje norteamericano. El mes pasado, John Walker, especialista en comunicaciones retirado de la Marina, y su hijo, marino en un portaaviones nuclear, se declararon culpables de espiar para la URSS durante 18 años. Este caso se considera el más perjudicial desde el punto de vista de la seguridad en la. historia de la Marina norteamericana.
El eventual caso de espionaje se produce en un momento especialmente delicado de las relaciones entre Washington y Tel Aviv ante la reciente oferta de negociaciones israelí a Jordania.
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