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Solchaga afirma que a pesar del efecto inflacionario del IVA los precios subirán el próximo año un 8%

El impuesto sobre el valor añadido (IVA) que se implantará en España en enero ha sido diseñado para que sea neutral con respecto a la fiscalidad de los 24 impuestos que sustituye, según declaró ayer el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, en la inaguración del seminario sobre el nuevo impuesto al consumo que, organizado por su departamento, se celebra en El Paular (Madrid).Solchaga admitió, sin embargo, que a causa del IVA subirán los precios de ciertos productos y que algunos sectores -como la siderurgia y el textil- sufrirán una pérdida neta de competitividad frente al exterior. El Gobierno, dijo, ha decidido no controlar los precios, porque confía en el rigor de la política monetaria y en otras rnedidas coyunturales para que en 1986 la subida del coste de la vida no supere el 8%.

Aunque el impuesto sobre el valor añadido vaya a ser neutral en términos globales, el ministro de Economía admitió que en algunos productos y actividades la fiscalidad que aporta será superior a la de los impuestos que serán absorbidos, por lo cual "el Gobierno proyecta explicar con cuidado qué productos deberían bajar, porque es necesario que el consumidor lo conozca". Como ejemplos de reducción de presión fiscal citó las tarifas telefónicas y eléctricas, pero su fijación para el próximo año se hará teniendo en cuenta la evolución de los precios que soportan estos sectores en sus costes.

"Estamos ante una expectativa inflacionista, pero el Gobierno está tranquilo porque, según los estudios realizados, se tratará de desviaciones limitadas a uno o dos meses, que sin ninguna duda serán finalmente corregidas". El ministro cifró entre 1,5 y dos puntos la subida de precios achacable al IVA. Pero ello se va a producir en un marco de expectativas deflacionistas para el próximo año: la reducción de los tipos de interés rebajará el coste del dinero para las inversiones empresariales y los salarios no experimentarán subida alguna en su conjunto.

Esta tendencia a la baja en el IPC, fruto de las medidas de polítiba económica adoptadas, compensarán las subidas del IVA. Por ello, las previsiones del Gobierno son que en 1986 la subida del coste de la vida "no sobrepasará el 8%, con lo que será igual que este año". En el coloquio posterior a su intervención el ministro reconoció que había sido "una gran sorpresa" el IPC registrado en septiembre, del 1,1%, cuando el ministerio había previstó que subiera entre un 0,2% y un 0,4%. La posible revisión salarial fue calificada de poco importante, porque no será superior a un punto.

El ministro afirmó que no será necesario proceder a un control de precios. Basta con mantener con rigor los objetivos fijados para la política monetaria para que la situación "no se escape de las manos". El Gobierno tiene asimismo otras posibilidades de actuación para el caso de que se hicieran necesarias. En concreto, citó los precios que requieren la autorización administrativa y determinadas importaciones de choque o la reducción coyuntural de aranceles para conseguir rebajar el precio de algún producto en alza.

Con respecto a la entrada en vigor del nuevo impuesto, el secretario general de Hacienda, Juan Francisco Martín Seco, argumentó que la información que se está proporcionando es más que suficiente y que se trata "del primer caso en España en que el reglamento de un impuesto se publica con dos meses de antelación a la entrada en vigor de la ley".

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