_
_
_
_

Murió el 'cantaor' flamenco Juan Varea

Cada vez que muere un viejo cantaor el mundo flamenco pierde una parte entrañable de sí mismo, porque ellos, los pocos veteranos que ya van quedando, son los depositarios de un arte que se está perdiendo, por lo menos en la pureza y la fidelidad a las raíces con que estos artistas saben hacerlo aún.Juan Varea, que murió ayer en Madrid, tenía 77 años. Había nacido en Burriana (Castellón de la Plana), en familia paya y sin tradición cantaora, pero desde muy niño asimiló una profunda afición al cante, que ya en la adolescencia adoptaría como profesión. Juan Varea cantó durante casi 60 años, con responsabilidad y conocimiento.

Sin llegar a ser genial, ese cantaor cuyo grito puede llevar al espectador al paroxismo, se preocupó por hacer los cantes con dignidad, por lo que era muy respetado entre la gente del flamenco.

Fue también creador de cante, especialmente alguna forma de fandango y ciertos matices malagueñeros, aunque fundamentalmente haya que considerarle un buen intérprete de prácticamente todos los estilos.

Concepción dramática

Había comenzado su carrera en Barcelona, pero enseguida vino a Madrid, en 1926, de la mano de Angelillo. Ya no se movería de aquí, salvo en salidas ocasionales por motivo de trabajo. Su etapa más importante, la de plenitud, fue la de muchos años en el tablao Zambra, formando parte de aquel histórico cuadro mayor que ganó el premio del Teatro de las Naciones de París, y en el que Varea compartía méritos a diario con algunos de los mejores artistas flamencos de este siglo.

Premio a la maestría

De Juan Varea escribió el flamencólogo Anselmo Gónzalez Climent: "Practica una concepción dramática y respetuosa del quehacer flamenco. El cante es para él, en lo objetivo, una entidad sacramental, y en lo subjetivo, un instrumento quemante, embriagador.Respeta las formas, pero las intro vierte, las revive, las introduce en la correntada de su individualidad".

Los últimos años de su vida es tuvo prácticamente retirado de su quehacer de cantaor por su deficiente estado de salud. En 1984 la Cátedra de Flamencología de Jerez, en reconocimiento a la labor de una vida, le concedió el Premio Nacional a la Maestría.

Poco después, en el teatro Monumental, de Madrid, se le rindió un importante homenaje. Última mente había participado en el programa De los flamencos, que actualmente produce la segunda ca dena de TVE, interviniendo en el capítulo dedicado a los cantes minero-levantinos.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_