Un cliente denuncia a un 'hiper' donde fue retenido una hora, acusado de robar bolígrafos
Armando Restrepo, ahogado y periodista colombiano, de 48 años, denunciará hoy en el juzgado de guardia al hipermercado Pryca de Majadabonda (Madrid), donde el pasado 26 de octubre fue retenido contra su voluntad una hora y registrado, hasta comprobar que no se llevaba sin pagar una caja de bolígrafos. Restrepo, que iba acompañado por su esposa y su hija, considera que fue "retenido ilegalmente y acusado de un falso hecho delictivo". Situaciones semejantes han sido denunciadas en la oficina de consumo de la comunidad autónoma.
La familia Restrepo, que vive en Las Rozas, localidad residencial de la periferia de Madrid, acudió como todos los sábados desde hace cuatro años al hipermercado de Majadahonda a realizar la compra de la semana. Con el carrito lleno abonaron su importe -20.274 pesetas- e inmediatamente fueron abordados por una mujer rubia que les exigió el comprobante de caja. Al principio pensaron que se trataba de una verificación de carácter interno y lo entregaron."La mujer, apenas miró la factura, se dirigió a nosotros en un tono ablolutamente grosero", explica Restrepo, "y nos pidió que la acompañáramos porque no habíamos pagado una caja de bolígrafos que costaba menos de 400 pesetas. Como no había forma de entendemos con ella me dirigí a Información para buscar a alguna persona con autoridad en la empresa que evitara el atropello de que estábamos siendo objeto. La empleada debió pensar que me iba a fugar, porque intentó retener por la fuerza a mi hija e impidió que mi esposa realizara una llamada telefónica".
Como resultado de sus gestiones, Restrepo ponsiguió que saliera el jefe de seguridad del hipermercado, un hombre alto, vestido de paisano, al que trató de explicarle lo que sucedía. "Seguramente la señorita que nos retenía le había, dado ya alguna versión sobre lo que pasaba, porque él ni siquiera me escuchó y su único objetivo era llevarme a un cuartito para cachearme". El cliente se negó a dejarse cachear si no se hacía en presencia de testigos y solicitó la colaboración de otros clientes del establecimiento.
Dos testigos
"Cuando dos señores se ofrecieron a atestiguar, el jefe de seguri.dad los llevó aun local interior. No sé lo que ocurrió porque no volví a ver a los testigos, supongo que les convencieron para que se fueran a casa y les hicieron salir por otra puerta", dice Restrepo.Los minutos pasaban. Restrepo, desesperado, según confiesa, advirtió de su intención de no aceptar un cacheo si no había testigos y de permanecer en el establecimiento, con toda la compra en el suelo, hasta que la situación se solucionara.
Media hora después llegó una patrulla de la Policía Municipal, a la que el jefe de seguridad, según Restrepo, intentó convencer de que se trataba.de un ladrón profesional que. había sustraído varios artículos. Los policías, tras solicitar la autorización del cliente, le cachearon y comprobaron que no llevaba nada que no debiera llevar. Los agentes informaron al jefe de seguridad del hipermercado del resultado de su investigación. El cliente pudo, aproximadamente una hora después de haber pagado, recoger su compra y marcharse.
Días después Restrepo contó su caso en la Oficina de Consumo de la comunidad autónoma, donde le informaron que ya se habían presentado dos casos semejantes en este tipo de establecimientos y que la única solución era poner una denuncia en el juzgado relatando los hechos.
No quieren hablar
El encargado de tienda del establecimiento en cuestión, Joaquín Samper, manifestó ayer que recordaba el suceso: "Sí, me acuerdo de un señor sudamericano", reconoció. Tras la respuesta, el encargado preguntó si sus declaraciones serían publicadas y expresó su intención de pensarlo un poco antes de hablar. Horas después, Samper, que aseguró haber comunicado a la Asociación Nacional de Grandes Almacenes la situación, se negó a comentar lo sucedido o a ofrecer su propia versión y manifestó que prefería esperar a ver lo, que se publicaba para dar su opinión y tomar las medidas oportunas. "No es nuestro estilo estar en litigio con los clientes", afirmó.Joaquín Samper añadió: "Los clientes son motivo de nuestra existencia y si hay alguno que sale respondón, qué le vamos a hacer; nosotros ese tipo de sucesos los consideramos hechos caseros y tratamos de arreglarlos dentro de casa".
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