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La crisis italiana, a punto de cerrarse reconstituyendo el mismo Gobierno dimisionario

Juan Arias

La crisis de Gobierno en Italia provocada por el Partido Republicano (PRI) tras la crisis surgida a raíz del secuestro del trasatlántico, Achille Lauro está a punto de concluir. El mismo Gobierno que presentó la dimisión puede ser ratificado en el Parlamento mediante una votación de confianza.La crisis se manifestó en principio como algo tan grave que el secretario general de la Democracia Cristiana, Ciriaco de Mita, la definió como "la más difícil de la historia de la República". El caso Abu Abbas (es decir, el permiso al dirigente palestino, presunto cerebro del secuestro, para que abandonase Italia) se agudizó a tal punto que el PRI amenazó con provocar elecciones anticipadas.

La crisis puede concluir ahora presentándose el Gobierno dimisionario del socialista Bettino Craxi en el Parlamento para que sea ratificado mediante una votación. De este modo, el Gabinete sería el mismo que el de antes de la crisis. Quedará en pie el mismo Gobierno, con los mismos ministros, como si no hubiese pasado nada. Un periodista le preguntó al secretario del PRI, Giovanni Spadolini: "¿Quiere esto decir que todo ha sido una broma?".

Para llegar a esta solución estudian los juristas de la Presidencia de la República, ya que el jefe del Estado, Francesco Cossiga, tendría que rechazar la dimisión de Craxi. Y al parecer puede hacerlo, ya que el encargo de formar nuevo Gobierno se le ofreció con reservas y el propio Craxi lo aceptó también con reservas.

Pero, ¿y los tres ministros republicanos que dimitieron? También a esto se le ha buscado una solución: como al dimitir el Gobierno dimitieron todos los miembros del Gabinete, ahora los ministros republicanos no tienen que humillarse retirando de forma personal su dimisión, reconociendo así que se habían equivocado.

Los republicanos, para aceptar esta solución, exigirán que en el Parlamento, antes de la votación que reconstituya el Gobierno, se discuta un documento que preparará Craxi y en el que se analizarán los problemas que provocaron la dimisión de los republicanos. El Partido Socialista ha declarado que no está dispuesto a modificar la política que el Gobierno dimisionario siguió respecto a Oriente Próximo. Los democristianos, por su parte, dicen que esta política podría, en todo caso, rectificarse. Pero los republicanos tendrán que recibir alguna contrapartida para que no salgan demasiado humillados tras su dimisión.

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El temor a las elecciones

Esta solución es la que había pedido al presidente de la República el pequeño Partido Radical y fue la solución que rechazó la Democracia Cristiana cuando impidió que en el Parlamento se produjese un debate y la correspondiente. votación, inmediatamente después de que Craxi dimitiese.Lo que ha ocurrido es que los democristianos han visto que la crisis podía provocar la convocatoria de elecciones anticipadas. Una nueva consulta electoral en este momento habría favorecido únicamente a los socialistas. Un sondeo publicado por la revista L'Espresso ha revelado que el 61% de los italianos está de acuerdo con la actitud adoptada por Bettino Craxi en su enfrentamiento con el presidente norteamericano, Ronald Reagan. Para Craxi es éste el momento más alto de su carrera política. Unas elecciones bajo la emotividad provocada por este enfrentamiento podrían dar grandes sorpresas en las urnas.

Por eso es muy probable que se adopte, la solución indicada, como si no hubiese pasado nada, a menos que alguien quiera verdaderamente, sin confesarlo, que se convoquen nuevas elecciones y haga fracasar este intento de resolver rápidamente la crisis.

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