La banca rechaza el plan de Estados Unidos para conceder nuevos créditos al Tercer Mundo

Representantes de los principales bancos privados del mundo, reunidos en Washington, negaron ayer, en principio, su apoyo al plan propuesto por Estados Unidos para que se concedan nuevos créditos por valor de 20.000 millones de dólares en tres años al Tercer Mundo, sobre todo a 10 países latinoamericanos. La banca comercial pide que los Gobiernos de los países industrializados garanticen los nuevos préstamos antes de contestar al secretario del Tesoro de EE UU, James Baker, que propuso en Seúl un proyecto de ayuda de la banca privada a 15 países en desarrollo y fuertemente endeudados. Por otra parte, las autoridades federales norteamericanas elevaron ayer el nivel de garantías exigidas para respaldar los préstamos de los bancos norteamericanos a Perú.

La reunión ha sido la primera en que formalmente se ha estudiado la propuesta de EE UU, que presiona para obtener una respuesta antes de fin de año, concluyó ayer con un comunicado que no compromete en nada a la comunidad bancaria y solicita un papel mayor, en la crisis de deuda, para las instituciones prestatarias multilaterales. A la reunión han asistido 58 bancos de Estados Unidos, Japón y Europa, entre ellos el Hispano Americano, representando al 85% de los créditos de la banca privada con el Tercer Mundo.Los bancos, reunidos por el Instituto de Finanzas Internacionales, una organización privada de estudios, pidieron más explicaciones a la Administración Reagan sobre su plan, que consideran aún inmaduro, y que continuarán estudiando en próximas reuniones aquí y en Europa. Representantes del Tesoro norteamericano, la Reserva Federal y los organismos de ayuda multilaterales informaron a los representantes de los bancos internacionales sobre la nueva estrategia de la deuda propuesta por Washington.

"Será difícil que antes de finales de año, como quiere EE UU, la banca privada adopte un compromiso visible con el plan Baker", dijo ayer Francisco Roche, que asistió a la reunión representando al Banco Hispano Americano. Roche, que dirige la sucursal neoyorquina del banco español, explicó que cualquier decisión será "individual de cada banco privado y en coordinación con los bancos centrales de cada país, que deben responsabilizarse también".

El banquero español, que calificó la reunión de positiva desde un punto de vista informativo, precisó que, de momento, "no hay elementos de juicio suficientes para comprometerse con la propuesta norteamericana". El representante del Hispano insistió, como la mayoría de los asistentes, en que no debe ser sólo un esfuerzo de la banca privada sino que debe existir una coordinación con los bancos centrales y los Gobiernos de los países prestatarios.

Comunicado final

El comunicado final de la reunión afirma que se expresó "un apoyo general para el objetivo del secretario del Tesoro, James Baker, de crear condiciones que conduzcan a un crecimiento sostenido en los países deudores, permitiéndoles crecer fuera del problema. El fondo del esfuerzo debe consistir en políticas económicas y financieras sanas, tanto en los países deudores como en los acreedores". El comunicado, que no responde a la petición norteamericana de un nuevo desembolso crediticio de 20.000 millones de dólares, añade que "los bancos asistentes aceptaron la idea de una aproximación coordinada que implique, junto con un renovado esfuerzo de los países deudores y un apoyo de los Gobiernos de las naciones industrializadas, un papel mayor del Banco Mundial y el Banco Interaméricano de Desarrollo"."Claramente, no existe un compromiso público de la banca mundial. Con la propuesta Baker los bancos han dejado claro que prefieren una aproximación al tema de la deuda caso por caso y no en un paquete global, como desea Washington", afirmó tras la reunión el anfitrión de la misma, Andre de Lattre, presidente del Instituto de Finanzas Internacionales. Según el proyecto de Washington, la banca estadounidense, que tiene aproximadamente una tercera parte del riesgo, daría 7.000 millones de dólares, y la europea y japonesa, los 13.000 millones restantes. La gran banca norteamericana se mostró, al parecer, más favorable que la europea a apoyar el proyecto Baker.

"Queremos que el proceso que éste abre sea muy rápido", precisó De Lattre. México necesita inmediatamente nuevos fondos para devolver los intereses de su deuda, y será el primer caso práctico para aplicar la doctrina Baker. Las autoridades federales norteamericanas elevaron ayer el nivel de garantías exigidas para respaldar los préstamos de los bancos norteamericanos a Perú. El 25 de noviembre, una task force de los bancos reunidos en Washington se volverá a reunir para estudiar los problemas de la contabilización, regulación y fiscales de los préstamos internacionales. Posteriormente, los bancos celebrarán otra reunión con el Club de París y reuniones separadas de los bancos de Europa del Sur, del Norte y los japoneses. A finales de enero volverá a convocarse al grupo de trabajo de los 60 bancos.

Los bancos insistieron en la necesidad de obtener más información sobre el papel de los organísmos multilaterales, sobre todo del Banco Mundial, para saber si puede haber confinanciación de éste con la banca comercial y garantías para los préstamos que ésta pueda conceder. Baker ha indicado que los prestatarios internacionales desembolsarían a su vez 9.000 millones de dólares como parte del proceso. También está aún poco claro el papel del Fondo Monetario Internacional. Las instituciones reunidas en Washington acordaron la necesidad de que el Gobierno norteamericano explique con más detalle su plan al resto de los países, que se produzcan también conversaciones de los bancos no estadounidenses con sus Gobiernos respectivos, sobre todo para discutir con las autoridades monetarias cuáles son las condiciones para tomar nuevos riesgos.