El Rey entrega los premios anuales del mundo de las artes
Los Reyes de España presidieron ayer en el Museo del Prado la entrega de las medallas de oro de las Bellas Artes. Recogieron sus galardones los pintores Ramón Gaya, Hernando Viñes, Rufino Tamayo y el chileno Roberto Matta; el escritor José Luis Cano; el cineasta Jaime de Armiñán; el escultor Martín Chirino, y representantes de la Asociación de Amigos de Serrablo, y de la Agrupación de Diseño Industrial-Fomento de las Artes Decorativas (ADI / FAD).
Los reyes Juan Carlos y Sofía, acompañados de la infanta Cristina, ofrecieron a primera hora de la noche, a partir de las 19.30, una recepción en el palacio Real de Madrid, a la que asistieron fundamentalmente personas del mundo del espectáculo.Aunque las invitaciones al acto de la mañana fueron cursadas con suficiente antelación, según dijo ayer un portavoz de Cultura, algunos galardonados excusaron su asistencia. La medalla concedida al tenor José Carreras, en gira artística, fue recogida por su hermano; la del cineasta griego Costa-Gavras, que realiza un rodaje, por su colega el director de cine Juan Antonio Bardem; la del actor José Luis López Vázquez, que se encuentra trabajando en Praga, por el director teatral José Tamayo; y la del escultor Jorge Oteiza, por un ahijado, que una vez finalizado el acto se supo que traía un mensaje de agradecimiento del escultor.
El escultor Martín Chirino agradeció las medallas entregadas por el Rey. "Debido a mi condición de artista español se establecen fuertes vínculos personales y profesionales con algunos de los galardonados, con quienes dentro del mundo de las artes he compartido una lucha en la elaboración del entendimiento de la modernidad en nuestro país como proyecto de universalidad".
La soledad creadora
"Pienso que un galardón", dijo Martín Chirino, "es siempre bien recibido, aunque no le otorga sentido global a lo que puede ser la expresión de un hombre, en donde los sentimientos más complejos han estado controvertidos día a día durante todo ese proceso difícil que es la ejecución y definición de una obra, su origen y desarrollo".Javier Solana, ministro de Cultura, dedicó sus palabras "a la soledad creadora de los que reciben con justicia esta máxima distinción del Estado".
"Si se habla con frecuencia del compromiso del artista con la sociedad", dijo, "con más razón debe hablarse del compromiso de la sociedad y de los poderes públicos con los artistas". "Este compromiso, esta contribución vienen determinadas por nuestra responsabilidad social y jamás deben suponer la más mínima intromisión en la creación, en las corrientes artísticas, en las experiencias y los movimientos culturales", añadió.
"Las grandeza del arte proviene de su autonomía", dijo el ministro de Cultura. "Cualquier apoyo debe tener en cuenta de una forma escrupulosa que el arte es una facultad de la intuición tanto en la fase de creación como en la del disfrute, que es también un acto personal".
El rey Juan Carlos consideró que estas medallas son apenas una mínima compensación a los "méritos que les cumplen a los artistas. Porque si es verdad que los artistas merecen nuestro elogio y nuestra admiración, lo es también que no debemos expresarlos como una pura cortesía justificada, sino en el entendimiento de que al daros las gracias, os pedimos también la continuidad en la tarea, el gozoso sacrificio de vuestra creación y la generosa ofrenda de los sueños que nos brindáis".
"España es tierra generosa en artistas, sin duda", añadió el Rey. "A lo largo de su historia pocas naciones pueden enorgullecerse de haber dado al mundo tantos y tan geniales creadores, de envergadura tan indiscutible como Velázquez, Goya, Picasso o Juan Gris. No olvidamos que ellos constituyen muchas veces la mejor embajada".
El Rey prosiguió diciendo: "A través de su obra y sus personas, este encuentro con los más grandes artistas de nuestro tiempo nos brinda una gran oportunidad de tener acceso a una visión más profunda y rica de la realidad, de nuestra realidad. Y sabemos la gran importancia que ello tiene en un mundo como el nuestro, en el que los cambios se producen incesantemente y con una rapidez mayor cada día que pasa".
Babelia
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