Una joven reclama 20 millones al Estado por pasar un mes en prisión por un crimen que no cometió
La joven Patricia Bartolomé Allué, de 19 años de edad y natural de Huesca, ha reclamado al Ministerio de Justicia una indemnización de 20 millones de pesetas en concepto de daños y perjuicios al haber permanecido en prisión preventiva durante más de un mes acusada de participar en un atraco, cuyos autores fueron detenidos posteriormente en Valencia.
La reclamación de Patricia Bartolomé se fundamenta en el artículo 121 de la Constitución que prevé indemnizaciones por daños causados, entre otros supuestos, por un error judicial.
El 13 de septiembre de 1984 Patricia fue detenida, junto con otras tres personas, por miembros de la Jefatura Superior de Policía de Huesca como presuntos autores de un atraco a mano armada que se había cometido días antes en una oficina bancaria de Fraga (Huesca).
Días después la policía realizó una rueda de identificación de presos, a raíz de la cual, el 22 de septiembre, el titular del juzgado de instrucción de Fraga dictó auto de procesamiento contra los cuatro detenidos.
Ingresada en prisión, la joven reclamante permaneció privada de libertad en la cárcel de Zaragoza desde el 13 de septiembre hasta el 18 de octubre de 1984, según se desprende del escrito remitido por Patricia Bartolomé al Ministerio de Justicia.
Sin embargo, el 24 de abril de 1985 el juez de instrucción de Fraga levantó el auto de procesamiento después de se produjera en en Valencia la detención de cuatro personas que durante los interrogatorios, posteriores confesaron ser los autores del atraco de Fraga. Como consecuencia de este hecho todos los acusados, entre ellos Patricia Bartolomé, quedaron exentos de toda responsabilidad.
Trastornos psicológicos
La joven manifiesta en su escrito al ministerio de Justicia que el ingreso en prisión le produjo trastornos psicológicos que requirieron asistencia médica, según consta en un certificado médico.Patricia Bartolomé hace también mención a otros perjuicios derivados de la detención y posterior encarcelamiento.
En su opinión los más graves han sido las repercusiones sociales que se han derivado para ella y su familia: "Hemos sido desprestigiados y llevados de boca en boca", indica.
La joven asegura que sus vecinos la negaron el saludo y asegura que la detención también tuvo repercusiones en el aspecto laboral. Patricia Bartolomé nunca antes había tenido problemas con la justicia.
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