La política de Felipe II
Resulta plausible el gesto tenido por don Jesús Aguirre cuando sale por los fueros de un egregio antepasado de su esposa. Pero, a mi ver, constituye una manifestación increíble de temeridad el hecho de afirmar que la intervención del conde de Motrico en el episodio de El Escorial "fuese de todo punto desafortunada, sobre todo porque ignoraba los derroteros de la historiografía actual". Y, sin el más leve asomo de rubor, facilita salvíficamente cierta nómina de autores que don Jesús -avisadísimos- ha leído.Los que el señor Aguirre llama derroteros de la historiografía actual no suelen divergir ostensiblemente de la línea de opinión marcada por los adversarios coetáneos de la política exterior realizada por Felipe II y el tercer duque de Alba. El método empleado por ellos para dirimir los asuntos públicos ha quedado como un monumento colosal a la incompetencia de ambos personajes. El rey optó por cerrar con dureza sus oídos al nutrido coro de voces discrepantes que se alzaba con buen volumen a su alrededor. Es por esto por lo que hasta ahora no se ha conseguido echar al olvido el rigor con que el noble pueblo flamenco fue sojuzgado cuando se entregaba a la tarea de defender su libertad.
Benito Arias Montano -que, por cierto, permanecía en Amberes entregado a otra misión- solía informar al monarca sobre la marcha de los acontecimientos en
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el país de las dunas. El gran humanista extremeño, a pesar de su inicial convicción en favor de una presencia estratégica de España en Flandes, terminó desilusionado por la "perdición de innumerables ánimos y vidas, así de los nuestros como de los contrarios". Tan opuesto se manifestó a la política oficial, que acertó a poner el dedo en la llaga con una frase desgarrada: "La soberbia de nuestra nación española es intolerable".
Frustradas rotundamente la irresponsable dilapidación de Felipe II y la gobernación militar y política del duque en Flandes, el de Alba fue retirado en 1573 para ser sustituido por Luis de Requesens. Quevedo llamó a Flandes "el cementerio universal de Europa". Toda una acusación.- Andrés Valls.
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