Cinco médicos y dos enfermeras, acusados de la muerte de un niño en Palma de Mallorca

Cinco médicos y dos asistentes técnico sanitarias (ATS) comparecieron ayer ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca, acusados de supuesta "imprudencia temeraria, impericia y negligencia profesional" por la muerte, el mes de octubre de 1981, del niño de ocho años de edad Pablo Piris. La vista continuará durante el día de hoy.

La alcaldía de Artá -de donde era natural el niño-, se constituyó en acusación particular y solicita seis años de prisión menor y una indemnización de siete millones de pesetas a los médicos Antonio Fernández Billón, Joaquín Boronat Rom, Sebastián Manresa Tejedor, Francisco Peña Gayá y José María Magriñá Bosch y a las asistentes técnico sanitarias Catalina Lamilla y Estefanía Ordinas Tolosa, implicados en los sucesos que concluyeron el 6 de octubre de 1981 con la muerte de Pablo Piris por sepsis generalizada, proceso infeccioso descubierto tras la autopsia. El ministerio fiscal, por su parte, pide la absolución de los acusados.

Según los testimonios recogidos, Pablo Piris fue operado satisfactoriamente de la fractura en el codo, producida tras una caída en el patio de la escuela y trasladado a la habitación del hospital en un estado de sonmolencia del que ya no despertó. Sin comer, con fiebre, con dolores en los testículos y vómitos, el niño fue empeorando paulatinamente. En sus declaraciones, la madre describe la indiferencia de las enfermeras responsables de la planta de Traumatología -"ante mi evidente preocupación e insistencia reaccionaron llamándome histérica", afirma-, el diagnóstico fallido de los médicos que pasaron visita, o la ausencia de los mismos, y la angustia vivida al sospechar la anormalidad de los síntomas de su hijo.