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El Ayuntamiento clausura el teatro de la Zarzuela por problemas de seguridad y suspende la orden a las 10 horas

Amelia Castilla

El Ayuntamiento de Madrid suspendió ayer, 10 horas después de ejecutarla, la orden de clausura del teatro de la Zarzuela, ante el compromiso del Ministerio de Cultura, propietario del teatro, de reparar las deficiencias de seguridad del local en un plazo de dos meses. Miguel Lara, presidente de la Junta de Centro ,firmó el decreto de suspensión provisional de orden de clausura.El nombre del ministerio se comprometió a realizar las obras del subsecretario ,Ignacio Quintana.

Juan Barranco, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, informó ayer, en el curso de una conferencia de prensa que se celebró a las 13.30 horas, que a las diez de la mañana se había ejecutado la orden de clausura. Barranco añadió que el ministro de Cultura, Javier Solana, no estaba enterado de las graves deficiencias del local y había acogido de forma positiva la decisión municipal. La orden de cierre se debe a deficiencias importantes en las instalaciones eléctricas, alumbrado de emergencia, señalización de las escaleras de evacuación y puertas de emergencia, carencia de sistemas de apertura automática de puertas, falta de anchura suficiente en los pasillos de evacuación, daños en la estructura de madera del teatro y carencia de licencia de apertura.Barranco explicó que había informado al ministro y al subsecretario de Cultura, Ignacio Quintana, durante una comida que se había celebrado el día anterior cerca del Congreso de los Diputados. El primer teniente de alcalde, que calificó la clausura del teatro como "un asunto muy delicado", aseguró que Solana había entendido que la obligación del Ayuntamiento era cerrar el local. "La actitud del ministro y del subsecretario ha sido inmejorable y es voluntad del ministro garantizar la seguridad del público", explicó Barranco.

El primer teniente de alcalde informó que se habían realizado varias inspecciones municipales y que se había advertido hace años a los responsables del local de la obligación de realizar las obras. El pasado 2 de octubre, los técnicos municipales anunciaron que se iba a cerrar el teatro y realizaron el último informe sobre las deficiencias.

Una broma

La orden de clausura, que se llevó a efecto a las diez de la mañana, fue recibida por el jefe de producción del teatro. Sin embargo, el cierre no era conocido a primera hora de la tarde en el Ministerio de Cultura, donde algunos miembros del gabinete de prensa tomaron la noticia como una broma y la desmintieron.

Tampoco los empleados que se encontraban en el teatro hicieron caso de la orden de clausura. Durante toda la tarde, aseguraron que la actuación del Ballet Español de Madrid, prevista para las 20.30, se realizaría con normalidad, como efectivamente ocurrió. Juan Barranco confirmó pasadas las seis de la tarde que el teatro había sido clausurado. Preguntado qué medidas tomaría el Ayuntamiento si se desconocía la orden declaró: "No vamos a mandar 1 a Policía Municipal para ejecutarla porque, como se trata de un local de la Administración, a lo mejor nos encontramos allí con la Guardia Civil".

Poco después, Miguel Lara, presidente de la junta del distrito de Centro, explicaba que "podría supenderse la orden de clausura si el ministerio ofrece un calendario aceptable de ejecución de obras de reforma". En ese momento se realizaba una nueva visita técnica al teatro en la que participaban el director del departamento de Protección Civil del Ayuntamiento, José Miguel Gastón, y el encargado de la división de Industria de la Junta de Centro, Domingo Villena. Lara reconoció que la clausura se había ordenado por la peligrosidad potencial del local, aunque añadió que "es muy grave también cerrar un local que es propiedad de la Administración".

Con objeto de subsanar las deficiencias lo antes posible, el Ministerio de Cultura ha destinado una partida de 150 millones de pesetas. Según Barranco, esta inversión fue decidida por el ministro, Javier Solana, después de su entrevista el pasado jueves. Un portavoz de Cultura aseguró, en cambio, que existía hace tiempo un presupuesto de 150 millones de pesetas para mejorar el teatro y que las obras se iniciaron en julio pasado.

Concretamente, según Cultura, se está mejorando ya el alumbrado y la señalización (obras adjudicadas a la empresa Crespo y Blasco); el tratamiento ignífugo de la estructura del escenario, el sistema de detección automática de incendios (adjudicada a la empresa Cerverus Protección, SA); y se está sustituyendo la estructura de madera del peine del escenario por otra metálica (por las empresas Cubiertas MZOV y Cremesa).

La primera advertencia de cierre se produjo hace ocho años

El Ayuntamiento de Madrid conoce la peligrosidad del Teatro Lírico Nacional de la Zarzuela al menos desde 1977, cuando se advirtió por primera vez a la dirección del local de la posibilidad de clausurarlo si no se efectuaban obras de reforma para adecuar sus instalaciones a la nueva ordenanza contra incendios, que había entrado en vigor en 1976.La situación irregular del local se mantenía en 1980, cuando el Ayuntamiento volvió a reclamar de los responsables del Ministerio de Cultura que se realizaran reformas. El entonces director general de Música y Espectáculos, Manuel Camacho, reconoció en unas declaraciones que el concejal de Cultura, Enrique Moral había mantenido con él una entrevista sobre la situación del teatro pero calificó de infundadas las conclusiones de los servicios municipales sobre su situación.

Camacho aseguró desconocer que se hubieran producido requerimientos anteriores para subsanar las irregularidades y argumentó que en 1975, tras el incendio del teatro Español, se había efectuado una revisión minuciosa del local sin que se registrara ninguna clase de alteración. Añadía Camacho: "Aquí se hacen revisiones periódicas por parte del Ministerio de Industria, y nunca han detectado nada; por si fuera poco, el Ministerio del Interior envía de vez en cuando a sus arquitectos, con el mismo resultado". Pese a todo, anunció que se habían dado instrucciones a los responsables directos para que entraran en contacto con el Ayuntamiento y efectuaran las reformas necesarias.

El Teatro Lírico-Español, como se llamó en un principio, fue construido en el número 4 de la calle de Jovellanos, según proyecto del arquitecto Jerónimo de la Gándara. La fachada fue reformada por José María Guallart, que realizó un alzado neorrenacentista. Las obras se terminaron en el tiempo récord de seis meses.

En 1909 sufrió un incendio que destruyó por completo el local. Las llamas dejaron en pie únicamente los muros y la obra de fábrica interior. El arquitecto César Iradier dirigió la reconstrucción y aprovechó para sustituir la mayor parte de la estructura, que era de madera y quedó calcinada por las llamas, por otra metálica.

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