EE UU pide a Europa un frente unido contra el terrorismo
El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, dijo ayer, ante la asamblea de la OTAN, que los terroristas son "animales cobardes" y pidió a los aliados que no se dejen paralizar en la lucha antiterrorista, incluso si en algunos casos debe utilizarse la violencia. El secretario de Estado solicitó a los países de la OTAN un frente unido ante el terrorismo, que busca, dijo, "destruir nuestros ideales y principios, frenar la propia civilización".
La delegación española no aplaudió las palabras de Shultz y mantuvo, según su portavoz, el diputado socialista Juan Muñoz, un "educado silencio", porque EE UU "sólo se preocupa del terrorismo cuando les afecta a ellos".Shultz se salió de su discurso, centrado en cuestiones estratégicas, y en el que reafirmó el compromiso de su país con la seguridad del continente europeo, para lanzar un fuerte ataque contra el terrorismo, justificando la operación militar norteamericana del pasado jueves, que sirvió para capturar a los secuestradores del trasatlántico italiano Achille Lauro. Pidió que en esta lucha no se utilice la violencia como principio aunque a veces sea inevitable. "Si el principio de la no violencia nos paraliza, todos nuestros principios estarán en peligro".
Horas antes de la intervención de Shultz, el ministro de Justicia Edwin Meese, afirmaba en la cadena de televisión ABC que Esta dos Unidos podría realizar un nueva operación militar para capturar al dirigente de la OLP Abu Mohamed Abbas, a quien Washington considera instigador y principal responsable del secuestro del Achille Lauro, que culminó con el asesinato de un ciudadano norte americano de 69 años.
En las últimas horas, Washington ha expresado su frustración contra Italia y Yugoslavia, al igual que lo hizo contra Egipto, por la negativa de estos países a entregar a Abbas a la justicia norteamericana, que ha decretado su busca y captura. Refiriéndose al caso del Achille Lauro, Shultz dijo en San Francisco que los terroristas "no son guerrilleros, no son combatientes políticos; seleccionan al inválido para asesinarlo. Les faltan agallas para hacerlo mejor".
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Shultz pide a la OTAN apoyo y unidad ante el encuentro de Reagan con Gorbachov en Ginebra
Viene de la primera página
La asamblea de la OTAN se disponía a votar ayer una firme resolución de condena del terrorismo en la que felicita a Estados Unidos por su audaz acción militar sobre el Mediterráneo, que sirvió para capturar a los auto es del secuestro del buque italiano Achille Lauro. El secretario general de la Alianza Atlántica, lord Carrington, aplaudió en San Francisco la actuación norteamericana y pidió acciones internacionales de represalia contra los países que acogen a los terroristas.
En lo relativo a las relaciones Este-Oeste, el secretario norteamericano de Estado, George Shultz, dijo a los reunidos que "cualquier acuerdo con la Unión Soviética debe reforzar tanto la seguridad de los aliados como la de Estados Unidos". Shultz pidió el apoyo y la unidad de a Alianza Atlántica con vistas a la cumbre entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, el 19 y 20 de noviembre próximos en Ginebra, y aseguró a 184 parlamentarios de los 16 países miembros de la OTAN que la seguridad europea es uno de los objetivos en juego en las negociaciones entre las dos superpotencias. Shultz, que hoy se reunirá en Bruselas con los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN en un intento de reforzar la cohesión occidental ante la negociación de reducción de armamentos nucleares con la Unión Soviética, dijo en San Francisco que la nueva propuesta de desarme presentada por Moscú puede ser un paso adelante. Precisó, no obstante, que la oferta no reúne los criterios de reforzamiento de la estabilidad, igualdad, reducciones estratégicas significativas y verificación que desea EE UU. Sin embargo, el secretario de Estado declaró que "estamos ahora en una fase de negociaciones en la que, si los soviéticos son serios, podemos hacer un auténtico progreso. Haya o no verdaderos avances antes de la reunión de Reagan con Gorbachov, ambos estamos por fin comenzando a hacer negocios".
Shultz no pidió abiertamente en San Francisco el apoyo europeo para el polémico sistema de defensa especial, conocido popularmente como guerra de las galaxias, que aún provoca serias dudas y discusiones entre los países de la Alianza, como ha quedado demostrado en los debates de esta asamblea. El secretario de Estado dejó sin embargo claro que EE UU continuará con el actual programa de investigación de la Iniciativa de Defensa Estratética (SDI), "que es consistente con una interpretación restrictiva del tratado de misiles antibalísticos (ABM)". Shultz prometió que cualquier despliegue de elementos del sistema será "consultado" con los aliados y "discutido y negociado" con la Unión Soviética.
El presidente de la asamblea de la OTAN, Patrick Wall, pidió que la Alianza no decida aún sobre el sistema de defensa espacial, antes de que sean conocidos los resultados de la investigación, "para no negar esta opción a nuestros sucesores". Wall pidió sin embargo a Estados Unidos que haga una distinción clara entre la investigación, que debe continuar, según dijo, y el despliegue de defensas estratégicas.
Shultz calificó la SDI de "programa de investigación para explorar nuevas y prometedoras tecnologías", y afirmó su convicción de que, aunque su cobertura no sea perfecta al 100%, "complicaría enormemente la planificación de un primer golpe del enemigo y frustraría cualquier tentación de lanzar un ataque nuclear". El secretario de Estado aseguró que la SDI, si recibe los fondos necesarios, ofrecerá una respuesta adecuada a la viabilidad de una defensa Contra mis¡les balísticos.
George Shultz denunció que la propuesta soviética de reducción de armas nucleares, lanzada por Mijail Gorbachov en su viaje a Francia, "tendría un impacto especialmente peligroso para la seguridad de nuestros aliados" al proponer una "retirada unilateral" de los sistemas nucleares norteamericanos instalados en Europa y dirigidos hacia la Unión Soviética, mientras que Moscú no reduciría la importan cia de sus misiles SS-20. Esto significaría, dijo Shultz, un trato entre Estados Unidos y la URSS a costa de Europa.
El despliegue debe seguir
Esta definición parcial es, según el secretario de Estado, un "paso atrás", y constituye la misma po sición soviética de 1969, que EE UU y sus aliados no pueden aceplar, "ni ahora ni nunca".
Shultz calificó de inaceptable la detención del despliegue de euromisiles de la OTAN, que propone Moscú en unos límites de unas 220 cabezas nucleares, "mientras ellos tienen siete veces este número con los SS-20". "La oferta permitiría también a la URSS despliegues ¡limitados de los SS-20 contra nuestros aliados y amigos en Asia", añadió el secretario de Estado.
"Los límites", dijo, "deben ser aplicados globalmente porque el SS-20 es un misil móvil y nuestro objetivo no es simplemente trasladar su amenaza de Europa a Asia. La amenaza de estos cohetes se dirige contra el corazón de nuestro compromiso con los aliados. Su objetivo es separar a Europa de Estados Unidos mediante un proceso de intimidación".
Shultz afirmó sin embargo que la posición soviética sobre cohetes de alcance medio "no está totalmente clara". Es "constructiva", dijo, la aceptación de que es posible un acuerdo separado sobre este tipo de armas, y en la oferta "puede estar implícita una aceptación de la presencia de algunos euromisiles norteamericanos para defender a nuestros aliados".
Shultz pide a la OTAN apoyo y unidad ante el encuentro de Reagan con Gorbachov en Ginebra
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La asamblea de la OTAN se disponía a votar ayer una firme resolución de condena del terrorismo en la que felicita a Estados Unidos por su audaz acción militar sobre el Mediterráneo, que sirvió para capturar a los auto es del secuestro del buque italiano Achille Lauro. El secretario general de la Alianza Atlántica, lord Carrington, aplaudió en San Francisco la actuación norteamericana y pidió acciones internacionales de represalia contra los países que acogen a los terroristas.
En lo relativo a las relaciones Este-Oeste, el secretario norteamericano de Estado, George Shultz, dijo a los reunidos que "cualquier acuerdo con la Unión Soviética debe reforzar tanto la seguridad de los aliados como la de Estados Unidos". Shultz pidió el apoyo y la unidad de a Alianza Atlántica con vistas a la cumbre entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, el 19 y 20 de noviembre próximos en Ginebra, y aseguró a 184 parlamentarios de los 16 países miembros de la OTAN que la seguridad europea es uno de los objetivos en juego en las negociaciones entre las dos superpotencias. Shultz, que hoy se reunirá en Bruselas con los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN en un intento de reforzar la cohesión occidental ante la negociación de reducción de armamentos nucleares con la Unión Soviética, dijo en San Francisco que la nueva propuesta de desarme presentada por Moscú puede ser un paso adelante. Precisó, no obstante, que la oferta no reúne los criterios de reforzamiento de la estabilidad, igualdad, reducciones estratégicas significativas y verificación que desea EE UU. Sin embargo, el secretario de Estado declaró que "estamos ahora en una fase de negociaciones en la que, si los soviéticos son serios, podemos hacer un auténtico progreso. Haya o no verdaderos avances antes de la reunión de Reagan con Gorbachov, ambos estamos por fin comenzando a hacer negocios".
Shultz no pidió abiertamente en San Francisco el apoyo europeo para el polémico sistema de defensa especial, conocido popularmente como guerra de las galaxias, que aún provoca serias dudas y discusiones entre los países de la Alianza, como ha quedado demostrado en los debates de esta asamblea. El secretario de Estado dejó sin embargo claro que EE UU continuará con el actual programa de investigación de la Iniciativa de Defensa Estratética (SDI), "que es consistente con una interpretación restrictiva del tratado de misiles antibalísticos (ABM)". Shultz prometió que cualquier despliegue de elementos del sistema será "consultado" con los aliados y "discutido y negociado" con la Unión Soviética.
El presidente de la asamblea de la OTAN, Patrick Wall, pidió que la Alianza no decida aún sobre el sistema de defensa espacial, antes de que sean conocidos los resultados de la investigación, "para no negar esta opción a nuestros sucesores". Wall pidió sin embargo a Estados Unidos que haga una distinción clara entre la investigación, que debe continuar, según dijo, y el despliegue de defensas estratégicas.
Shultz calificó la SDI de "programa de investigación para explorar nuevas y prometedoras tecnologías", y afirmó su convicción de que, aunque su cobertura no sea perfecta al 100%, "complicaría enormemente la planificación de un primer golpe del enemigo y frustraría cualquier tentación de lanzar un ataque nuclear". El secretario de Estado aseguró que la SDI, si recibe los fondos necesarios, ofrecerá una respuesta adecuada a la viabilidad de una defensa Contra mis¡les balísticos.
George Shultz denunció que la propuesta soviética de reducción de armas nucleares, lanzada por Mijail Gorbachov en su viaje a Francia, "tendría un impacto especialmente peligroso para la seguridad de nuestros aliados" al proponer una "retirada unilateral" de los sistemas nucleares norteamericanos instalados en Europa y dirigidos hacia la Unión Soviética, mientras que Moscú no reduciría la importan cia de sus misiles SS-20. Esto significaría, dijo Shultz, un trato entre Estados Unidos y la URSS a costa de Europa.
El despliegue debe seguir
Esta definición parcial es, según el secretario de Estado, un "paso atrás", y constituye la misma po sición soviética de 1969, que EE UU y sus aliados no pueden aceplar, "ni ahora ni nunca".
Shultz calificó de inaceptable la detención del despliegue de euromisiles de la OTAN, que propone Moscú en unos límites de unas 220 cabezas nucleares, "mientras ellos tienen siete veces este número con los SS-20". "La oferta permitiría también a la URSS despliegues ¡limitados de los SS-20 contra nuestros aliados y amigos en Asia", añadió el secretario de Estado.
"Los límites", dijo, "deben ser aplicados globalmente porque el SS-20 es un misil móvil y nuestro objetivo no es simplemente trasladar su amenaza de Europa a Asia. La amenaza de estos cohetes se dirige contra el corazón de nuestro compromiso con los aliados. Su objetivo es separar a Europa de Estados Unidos mediante un proceso de intimidación".
Shultz afirmó sin embargo que la posición soviética sobre cohetes de alcance medio "no está totalmente clara". Es "constructiva", dijo, la aceptación de que es posible un acuerdo separado sobre este tipo de armas, y en la oferta "puede estar implícita una aceptación de la presencia de algunos euromisiles norteamericanos para defender a nuestros aliados".
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