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Actividad política en Europa

El Gobierno polaco estima que la alta participación en los comicios supone el apoyo al sistema

El Gobierno polaco y la oposición clandestina del sindicato Solidaridad se acusaron ayer mutuamente, incluso antes del cierre de los colegios electorales, de manipular los resultados de las elecciones parlamentarias que se celebraron ayer por primera vez desde la implantación de la ley marcial, en 1981. El portavoz gubernamental, Jerzy Urban, dijo anoche que a las siete de la tarde la participación era del 75%, "lo que implica el apoyo a la permanencia del sistema y la aprobación general de la política del partido".

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Urban empleó un tono durísimo y triunfalista para comentar el desarrollo de la jornada electoral. El portavoz gubernamental habló a las diez de la noche, en el momento de cerrar los colegios electorales, y manifestó que tres horas antes la participación era del 75%, superior ya al 74% registrado en las elecciones municipales de junio del año pasado.Para el Gobierno, según las palabras de Urban, tan alta proporción de votantes supone un explícito apoyo al sistema político polaco. "Confirma nuestras fronteras y reafirma la corrección de la política de los últimos 40 años". Urban atribuyó irónicamente a Occidente parte de la responsabilidad de ese triunfo porque con su política antipolaca, manifestó, ha contribuido a abrir los ojos de los polacos. En una referencia implícita a Lech Walesa, dijo que la participación electoral supone "el rechazo a aquéllos que apoyaron las sanciones", entre quienes se encontraba el Nobel de la Paz.

Así, pues, los datos facilitados por el Gobierno indican que la participación rondará el 80%, que el general Wojciech Jaruzelski consideró "ideal" en recientes declaraciones a un diario norteamericano.

Con respecto a las cifras de participación dadas a medía tarde por el Gobierno, próximas a los dos tercios del censo electoral, el comentario de Walesa fue significativo: "Deben de estar bromeando".

La oposición pidió a los polacos que se abstuvieran de acudir a las urnas por considerar "una farsa" las elecciones, en las que los 870 candidatos que se disputan los 460 escaños del Parlamento fueron designados por el Movimiento Patriótico de Renacimiento Nacional (PRON), dirigido por el partido comunista polaco (POUP). Solidaridad realizó ayer su propia evaluación de la asistencia de votantes con observadores ante los colegios e información filtrada de simpatizantes que participaban en mesas electorales.

En la víspera de la jornada electoral, la policía detuvo a numerosas personas en varias ciudades del norte del país, por hacer propaganda por la abstención, y en Varsovia fueron citados a declarar el sábado y en. la mañana de ayer los tres dirigentes de la oposición que iban a centralizar los datos del recuento paralelo del sindicato clandestino: Jacek Kuron, Zbigniew Romaszewski y Janusz Onyszkiewicz. Los tres permanecieron todo el día en comisaría y fueron liberados después, según Urban.

Algunos incidentes

Aunque el régimen quiso dar la impresión de total normalidad, el portavoz gubernamental reconoció que se habían producido disturbios en las ciudades de Nowa Hutta y Gdansk, donde "grupos de jóvenes" provocaron incidentes y fueron dispersados por la policía. En Gdansk resultó herido un agente y en ambas ciudades se practicaron detenciones.Las cifras oficiales están en abierta contradicción con las facilitadas por Solidaridad. En algunas ciudades, como Gdansk, el Gobierno situaba la participación a primera hora de la tarde en el 50%; por el contrario, el líder de Solidaridad, Lech Walesa, anunció en un comunicado facilitado por teléfono a la Prensa occidental que en Gdansk, a las doce de la mañana -seis horas después de abrirse los colegios-, había votado el 17% y un sondeo había confirmado que el 50% de la población seguiría el boicoteo.

El portavoz de la dirección clan destina de Solidaridad, Konrad Bielinski, afirmó que en Varsovia había votado entre un 14% y un 20% menos que en las elecciones municipales del pasado año. Ya en aquella consulta, Solidaridad acusó al Gobierno de haber inflado la participación en más de un 10%.

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