De partido de oposición a partido de Gobierno
Las principales enmiendas introducidas por Michel Rocard en la resolución final del congreso del Partido Socialista francés son las siguientes: "Cinco años de gobierno de izquierda han enseñado a los franceses que hay obligaciones que ningún poder, en una sociedad abierta y democrática, puede esquivar. Quizá los franceses lamentan, puesto que en 1981 jugó la alternancia, no poder proyectar ya sobre nosotros el sueño de un Gobierno que bloquearía las realidades de la crisis y evitaría los esfuerzos que ésta exige. La lucidez frente a los hechos implica analizarlos como son, a menudo difíciles en período de mutación, pero a veces también semilla de esperanza. La sociedad, que se ha convertido en algo más complejo, y las condiciones del debate político, tenían que resultar afectadas"."Digamos con claridad que no estamos dispuestos a renunciar a poner de acuerdo nuestro discurso y nuestros actos, ni tampoco a nuestra elección de una sociedad solidaria y justa, ni avalores sociales que son parte de nuestro proyecto, valores de conocimiento, de razón, de trabajo y de creación, sentido de la responsabilidad y de la democracia y memoria colectiva, que para los socialistas da sentido a la historia'.
"Nuestras dificultades frente a la opinión proceden, sin ninguna duda, de entrada, de la diferencia inevitable, pero real, entre nuestros actos y lo que esperaba especialmente el mundo del trabajo antes de 1981. También pueden haber sido el resultado de la insuficiente explicación que ha acompañado la puesta en práctica de la política de rigor".
"Es cierto que hemos modificado cierto número de acciones y prioridades: después de un relanzamiento que correspondía a los compromisos del partido hemos debido, en una coyuntura internacional depresiva, vigilar más los equilibrios".
"Modernizar Francia pasa por el reconocimiento del doble carácter de la empresa, y más particularmente de la empresa industrial, unidad de producción, pero también terreno de enfrentamiento de fuerzas sociales. Desde este punto de vista, los socialistas toman nota y toman en cuenta en su análisis la actitud que han adoptado frente a la empresa en su política gubernamental. La crisis ha puesto de relieve esta verdad cruel: las ganancias que se distribuyen son la contrapartida de lo que se ha podido producir y vender. Los socialistas han comprendido mejor la necesidad de continuar siendo competitivos, de obtener beneficios para invertir, de contener los costes de la producción. Esta mutación ilustra en realidad la transformación del partido socialista, de un partido de oposición a un partido de gobierno".
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