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El Gobierno griego pone en marcha un nuevo plan económico de austeridad

La devaluación de la dracma griega, el pasado viernes, en un 15%, abre un paquete de medidas de austeridad tendentes a sanear la maltrecha economía griega, acuciada por una deuda exterior de unos 13.000 millones de dólares, cifra excesiva cuando se trata de un país de 10 millones de habitantes y menos de 4.000 dólares de renta per cápita, que lleva cuatro años en el Mercado Común Europeo.La gravedad de la situación es tal que ha hecho desistir de. su viaje a Estados Unidos al primer ministro socialista, Andreas Papandreu. Economista de profesión, el primer ministro heleno quiere supervisar el inicio del nuevo plan, mientras las huelgas arrecian en Atenas.

La escala móvil actualmente en vigor, que ajusta las alzas salariales a la de la inflación, será aplicada en el caso de remuneraciones inferiores a las 150.000 dracmas mensuales (unas 165.000 pesetas). A partir del 1 de enero se tomará como punto de referencia la inflación oficialmente previsible y no la resultante real.

La conveniencia de la devaluación de la dracma venía imponiéndose desde el pasado mes de julio, pero la necesidad de incrementar el gasto turístico aconsejó aplazar la medida hasta el otoño. A primeros del año en curso el coste de la vida en Grecia era casi idéntico al de España. Se había desencadenado una carrera entre la inflación y el deslizamiento paulatino de la dracma hacia abajo.

El incremento del nivel de vida del ciudadano griego ha sido imparable desde 1974. La abundancia y, con ella, el endeudamiento, siguió prosperando a partir de 1981, durante los cuatro primeros años de Gobierno socialista, no obstante haber aparecido serios síntomas de crisis ya en 1980. La inflación andaba entonces en torno al 25%, y se logró reducirla hasta el 18%. El paro, fenómeno desconocido en Grecia desde hace muchos años, empezó a caminar hacia el 10%.

El Gobierno griego promete reducir el actual déficit en un 30% para 1987. Se establecerá un impuesto adicional del 3% al 10% para los beneficios comerciales de las empresas. Se anuncia que los importadores tendrán que mantener en depósito durante seis meses entre el 40% y el 80% del capital destinado a importaciones.

Al preverse la subida de precios de unos 2.000 artículos, desde el café hasta los automóviles, pasando por los electrodomésticos, el consumidor se ha echado a la calle vaciando las existencias de los artículos amenazados.

La oposición de derechas ha criticado estas medidas de austeridad ante un electorado que recuerda al líder conservador Michotakis prometiendo durante las pasadas elecciones del 2 de junio la abolición de los impuestos de importación de coches.

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