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2.000 madrileños acudieron a recoger instancias para ocupar 200 plazas de vigilantes nocturnos

Amelia Castilla

La oficina municipal encargada del reparto de instancias para acceder a 200 plazas de vigilantes nocturnos había distribuido ayer, en su primer día, más de 1.000 solicitudes a las dos horas de su apertura. La cifra se duplicó a lo largo de la jornada, entre un público compuesto en su mayoría por personas de entre 20 y 30 años, según manifestó ayer uno de los empleados municipales. Pese a la gran afluencia de público, sólo dos personas reunieron todos los documentos precisos y formalizaron la inscripción. Los futuros serenos desconocían las pruebas a las que serán sometidos.

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. ¿Aquí es donde se recogen los papeles para lo de los serenos?, bueno, deme dos", le pidió Esteban Barroso, de 22 años, a uno de los cinco funcionarios municipales que parapetados tras un mostrador atienden al público. Barroso, que vive en el barrio de La Ventilla, realizó estudios de formación profesional en la especialidad de Imagen y Sonido y no ha tenido acceso a ningún trabajo relacionado con su profesión. Desde que acabó los estudios, ha realizado lo que él define como "todo tipo de chapuzas".Las instancias son una para él y otra para un amigo del barrio que está en paro. Los nuevos serenos, según Barroso, contribuirán a dar mayor tranquilidad a la gente que protesta por la inseguridad ciudadana.

En la misma situación laboral se encuentran Neffer Puerta y Joaquina Arroyo, dos mujeres a punto de entrar en la treintena, que aspiran a encontrar un puesto de lo que sea. Joaquina, que trabajaba como administrativa en una empresa que cerró sus puertas hace dos años, está sepa rada y tiene una hija de cuatro años a la que mantener, y el mes que viene se le acaba el paro.

Más miedo al paro

El pasado sábado las dos amigas se presentaron a unas oposiciones para conseguir un puesto de ordenanza en el Ministerio del Interior. El examen lo hicieron bien, pero no confían en que las llamen. "El enchufe funciona para todo", afirmaron rotundas. Las dos se ríen al recordar la imagen de los antiguos serenos con el guardapolvo, la gorra, el chuzo y el llavero, y consideran que lo único que será de utilidad para los nuevos vigilantes nocturnos será el transmisor que conecte con las unidades de policía. Desconocen las pruebas a las que tendrán que ser sometidas para acceder al puesto y les da más miedo el paro que trabajar solas en la calle por la noche.Pese a su desconfianza en la objetividad de la selección de aspirantes, Joaquina no se desespera y piensa que, si saliera elegida, tendría que buscar una mujer que le cuidara a la niña durante el horario laboral, que se iniciará a las diez de la noche y finalizará a las siete de la mañana del día siguiente.

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Uno de los funcionarios que atienden al público explicó que la afluencia de personas fue muy intensa a lo largo de todo el día, aunque en ningún momento se llegaron a formar colas. "La petición de instancias bajó notablemente a lo largo de la tarde y se presentó, sobre todo, gente joven; algunos, incluso, estaban en la puerta antes de que se abriera a las nueve de la mañana", afirmó. A las seis de la tarde se habían repartido 2.000 impresos.

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