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Consecuencias del ataque a 'El Junquito'y la Tagomago'

La Armada no puede garantizar la protección de los pesqueros españoles en el banco sahariano

Está por aclarar bajo qué bandera faenan nuestros barcos en las aguas que se disputan Marruecos y el Polisario

El Gobierno español obtendrá, probablemente, la cooperación de Marruecos para evitar que los pesqueros españoles faenen en aguas peligrosas del Sáhara occidental. A la espera de la comparecencia en el Congreso de los ministros de Exteriores y de Defensa para explicar el alcance de las medidas de protección, Mentes diplomáticas solventes consideran que la Armada española no está en condiciones, ni presupuestarias ni materiales, de prestar la cobertura necesaria a nuestros pesqueros. Actualmente hay dos patrulleras, más dos de reserva, adscritas a la protección del banco sahariano. En los mismos medios no se esperan cambios en la política hacia el norte de Africa y se valora positivamente la cautela mostrada por Argelia tras la expulsión del Polisario.

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Otro tema crucial, el de la bandera bajo la que faenan nuestros pesqueros en esas aguas, está siendo objeto de una investigación gubernamental. Los pescadores de El Junquito que fuero atacados por el Frente Polisario en la bahía de Santa Ana el 20 de septiembre enarbolaban pabellón marroquí, y su testimonio unánime es que siempre se hace así porque así se dice en el tratado con Marruecos y porque así lo ordenan nuestras autoridades".Las fuentes gubernamentales consultadas por EL PAÍS descartan absolutamente la existencia de instrucciones oficiales en el sentido de aconsejar el uso de la enseña marroquí. El convenio pesquero con Marruecos no entra en temas de bandera. Las mismas fuentes han asegurado a este periódico que no existe ningún pacto anejo o documento secreto en el que se recoja compromiso alguno sobre el uso de la enseña marroquí en las aguas saharianas que reivindican Marruecos y el Frente Polisario.

No se descarta, sin embargo, que puedan existir recomendaciones de las autoridades pesqueras o militares en el sentido de que enarbolar la enseña alauí puede facilitar las labores pesqueras en aquellas aguas.

Medios autorizados del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) barajan, por su parte, la posibilidad de que la enseña con la que faenan nuestros pesqueros en el banco sahariano esté ligada en ocasiones a sobornos a tres bandas, cuyos protagonistas serían las unidades de la Armada marroquí que vigilan las costas en litigio, los pescadores españoles y los propios armadores marroquíes. En el banco sahariano pescan ahora 852 barcos españoles -la gran mayoría, con base en Canarias y Andalucía-, aunque Rabat asegura que hay al menos un 30% más de embarcaciones ilegales.

Los intereses españoles económicos y políticos, de Estado y de Gobierno, derivados de este volumen de pesca, los contenciosos abiertos sobre Ceuta y Melilla y la condición de Marruecos como excelente cliente de armamento español son algunos de los elementos que gravitan sobre el problema y hacen difícil una solución satisfactoria a corto plazo.

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En contra de las seguridades respectivas de las dos partes en guerra, ni Marruecos ni el Frente Polisario tienen capacidad efectiva para controlar las riquísimas aguas del banco sahariano que fueron escenario del ataque a El Junquito y la patrullera Tagomago. Sin embargo, el convenio pesquero firmado entre Madrid y Rabat presupone el dominio marroquí de la zona.

Fuentes dignas de crédito en el Ministerio de Asuntos Exteriores y en el PSOE aseguran que sin laconnivencia marroquí sería difícil que los barcos de pesca españoles se adentraran en las zonas más calientes de la costa sahariana. Que Rabat puede hacer en numerosas ocasiones la vista gorda, lo prueba el hecho de que la primera e inmediata información de que El Junquito había sido atacado por tres lanchas Zodiac del Frente Polisario se tuvo en el palacio de Santa Cruz vía Marruecos.

España, que oficialmente considera inconclusa la descolonización del Sáhara occidental, entregado a Marruecos y Mauritania tras los Acuerdos de Madrid de 1975 ("vividos como una vergüenza en el Ministerio de Asuntos Exteriores"), firmó el 1 de agosto de 1983 un tratado pesquero con Rabat en el que tácitamente se reconoce la soberanía marroquí sobre la totalidad de la franja costera que se extiende a lo largo de la ex colonia.

El Gobierno de Madrid, según recomendaciones emanadas del Ministerio de Defensa, ha reiterado que los pescadores deben mantenerse fuera de las 12 millas de las aguas reclamadas por Marruecos y por la República Árabe Saharaui Democrática (RASD); y sólo faenar más cerca de la costa -según las estipulaciones del convenio bilateral- en las denominadas zonas permitidas: "pero no podemos poner una patrullera a cada pesquero para garantizar que lo cumplan".

Los pescadores de El Junquito decían, el mismo día de su liberación por el Frente Polisario, que volverían a trabajar en las mismas aguas donde fueron atacados. La explicación es simple: a mayor proximidad costera, más abundancia de pesca. Los tripulantes del barco ametrallado aseguraron ese mismo día que el ataque se produjo "a unas ocho o nueve millas" de la

costa, mientras que el Polisario afirmó que El Junquito estaba a una milla de tierra.

El dato no es muy relevante. El Polisario considera las doce millas aguas jurisdiccionales, mientras que el convenio pesquero con Marruecos estipula que en las zonas permitidas, sobre las que además de la soberanía se supone el dominio de Rabat, los barcos españoles pueden pescar, según qué especies, entre a una y seis millas de tierra.

De otra parte, la expulsión por parte española de los representantes del Frente Polisario en Madrid ha sido acogida prudentemente por Argelia. Tanto en medios del Gobierno como del PSOE se considera que Argel no tiene ahora mismo ningún interés en deteriorar sus buenas relaciones con Madrid, sobre todo tras la solución del contencioso entre ambos países sobre suministro de gas. El objetivo número uno de la diplomacia argelina en relación con el Sáhara, según estas fuentes, es que España no cambie su voto en la resolución de las Naciones Unidas que se espera el mes próximo.

Argelia y Marruecos

Por lo demás, Argel, especialmente sensible a la muerte de un miembro de las Fuerzas Armadas españolas, ha cooperado con Madrid evitando que los tripulantes de El Junquito permanecieran retenidos un día más en territorio argelino, tal y como quería el Polisario. Sin embargo, y consecuentes con su política de protección del FP, las autoridades del país norteafricano, mediante la dilación en la comunicación a España del código de identificación y ruta que debía llevar el avión español que acudió a Adrar a recoger a los pescadores, proporcionaron al Frente Polisario la cobertura necesaria para que pudiera dar su fiesta de despedida a los pescadores 12 horas después de su liberación oficial.

La satisfacción marroquí por la expulsión del Polisario sólo se ha visto empañada por un acontecimiento fortuito: las buenas condiciones climatológicas permitieron el domingo pasado que entrara en Rabat la información de TVE en que se daba cuenta de la liberación de los pescadores. Y con ella, el mensaje polisario del acto de entrega, más las contundentes declaraciones sobre Hassan II del vicesecretario general del FP, Mustafá Bachir Sayed, en la cena de despedida a los hombres de El Junquito.

En medios cualificados del PSOE se espera que, tras la medida de la expulsión, el Polisario abra un "proceso de reflexión" que facilite las cosas a los saharauis y al Gobierno de Felipe González. En estos círculos -donde la acción armada contra El Junquito y la Tagomago es vista como una torpeza política sin precedentes- se sugiere que la Internacional Socialista podría revisar a la baja -la situación favorable de que disfruta el FP en su seno.

Lo que dice el convenio de pesca

El convenio pesquero entre España y Marruecos, firmado en Rabat el 1 de agosto de 1983 con una vigencia de cuatro años, establece los siguientes puntos fundamentales:- La pesca en aguas bajo jurisdicción marroquí la realizarán barcos que hayan disfrutado de licencia en años anteriores... a condición de que el número no aumente en ningún caso. La pesca por barcos españoles se efectúa mediante el otorgamiento de licencia para modalidades y zonas determinadas. España se compromete a embarcar dos marineros marroquíes a bordo de cada barco que supere un registro brutode 150 toneladas.

- El convenio distingue entre la pesca al norte del cabo Noun -latitud norte 28º 42' y longitud oeste 11º 4', junto a cabo Jubi, en la horizontal de la localidad argelina de Tinduf- y al sur de esta localización. Para las aguas saharianas, al sur de cabo Noun, se estipula que la pesca al cerco sardinal y la artesanal se ejercen más allá de una milla. La captura de merluza negra y cefalópodos, más allá de seis millas.

- España se compromete a facilitar a Marruecos una línea de crédito de 450 millones de dólares, y un crédito de Gobierno a Gobierno de 150 millones de dólares a 25 años para financiar obras adjudicadas a empresas españolas.

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