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SANIDAD

El descenso de la natalidad, clave para la futura política de medicamentos

El cambio introducido por la caída del índice de fecundidad en Europa es un factor básico para estudiar en el futuro el comportamiento del gasto farmacéutico, debido a que el envejecimiento de la población y la consecuente demanda de salud altera el sistema sanitario, incrementa el gasto social por encima de la productividad laboral y hace inviable la financiación del sistema sanitario por las rentas del trabajo, según las conclusiones del II Congreso sobre Medicamento y Sociedad que fue clausurado ayer en Madrid.Las conclusiones fueron presentadas en una conferencia de prensa a la que asistió Simone Veil, antigua ministra de Sanidad francesa, quien destacó la necesidad de encontrar un equilibrio entre la postura de los Gobiernos de todos los países, que intentan siempre reducir el precio de los medicamentos, y la de los farmacéuticos, que creen que los precios que ponen los Gobiernos no se corresponden con los gastos que origina la investigación".

Veil aseguró de forma tajante que no querría volver a ser ministra de Sanidad bajo ningún concepto, porque "en todos los países, el ministro -de Sanidad debe afrontar el problema de la reducción de los presupuestos, porque el coste de la medicina sube más rápidamente que la inflación".

La antigua ministra, artífice de la ley que legalizó la interrupción del embarazo en su país, dijo que las tensiones producidas en España por la aplicación de la ley del aborto han sido mínimas si se comparan con las que ocasionó en Francia, aunque también precisó que la ley española es mucho más restrictiva. En Francia se realizan 200.000 abortos legales al año.

Problemas en Francia

Veil aseguró que en su país siguen existiendo problemas para aplicar la ley a causa de la aplicación de la libertad de conciencia de los médicos.

Enrique Sánchez de León, antiguo ministro de Sanidad español, aseguró que "el medicamento condiciona la política sanitaria en todos los Gobiernos, sean de izquierda o de derecha". En este mismo sentido se orientan las quejas contenidas en las conclusiones del congreso.

Los farmacéuticos acusan a la Administración de mantener una actitud de desconfianza oficial hacia las profesiones liberales. Y aseguran también que para llegar a una concertación con el sector debe cambiar esta actitud, "que posibilita ataques contra el empresario, productor o distribuidor".

Los asistentes a la cumbre europea de farmacia destacaron también que la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea les ha cogido "desprevenidos en política farmacéutica", ya que, en su opinión, "el nivel de investigación es impresentable, el sistema de patentes anacrónico, y los procedimientos de registro no están atentos a la promoción sino al control burocrático".

Por otra parte, piden una política sanitaria que permita a la industria obtener precios razonables, que se protejan sus intentos de innovación y se mantenga el principio de libre prescripción.

La investigación

En cuanto a la ley del Medicamento, los farmacéuticos aseguran que parte de un planteamiento jurídico inconstitucional y que no tiene en cuenta la necesidad de atender la investigación del sector.

También dieron a conocer los resultados de una encuesta sobre la imagen de la profesión farmacéutica. Según indican, de ella se deduce que un 57% de los españoles son farmacófilos y el 43% restante farmacófobos.

La mayoría de los encuestados creen que hay un número excesivo de medicamentos y que su precio crece por encima de los índices del coste de la vida. Las personas de nivel socioeconómico más modesto son, según este sondeo, quienes tienen una idea más positiva de los farmacéuticos.

Otra de las conclusiones de la reunión es que la producción farmacéutica puede ser mejorada por la biotecnología.

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