"Fueron soldados como nosotros"

Los norteamericanos tuvieron que cambiar los planes de su gira. En Saint Avold, una pequeña localidad francesa, donde estaba prevista una ofrenda común con representantes de las Waffen SS, se vieron obligados a realizar el acto casi a escondidas y sin asistencia alemana debido a las protestas de la población.

El jueves por la noche llegaron por fin a Bad Windsheim, molestos por la prensa negativa que su encuentro provocó en Estados Unidos. Su portavoz, Delyle Omholt, un abogado de Wisconsin, insiste en que los Waffen SS con los que se disponían a pasar dos días de camaradería "están límpios"; "Fueron soldados como nosotros"; "si hubieran hecho algo, nosotros no estaríamos aquí"; "recordamos el holocausto, pero ya es hora de perdonar a los que no podemos acusar o castigar".

En el cuadernito conmemorativo de los 25 años de la Asociación de Ex Miembros de las SS, en 1983, se señala que "la guerra entre Alemania y Estados Unidos fue una guerra entre hermanos y se hace un brindis para que nunca más vuelva a haber una guerra de este tipo".

Esa misma tarde del jueves un grupo de jóvenes antifascistas, encabezados por Oskar Neumann, un anciano que logró sobrevivir en el campo de exterminio de Buchenwald y hoy preside la Asociación de Perseguidos por el Régimen Nazi en Baviera, se concentró para protestar por la presencia de los nazis. Con voz quebrada y débil, Neumann pidió al pueblo que reaccione para poner fin a estos encuentros: "Todas las SS fueron criminales" y "la memoria de las víctimas nos exige el fin de la tolerancia para con estos irredentos del pasado y el asesinato". Apenas dos docenas de personas escuchaban a Neumann, mientras los ex combatientes observaban sonrientes.