Los impuestos crecerán en 1986 casi el doble que la inflación
Los impuestos que cobrarán Estado, autonomías y ayuntamientos crecerán en 1986 cerca de un 14%, casi el doble que la inflación prevista, según documentos utilizados por Hacienda al elaborar el proyecto de Presupuestos Generales del Estado. Incluso el impuesto estatal sobre la renta elevará la recaudación algo más del 10%; su reforma baja el tipo medio dos puntos, pero la tarifa seguirá sometida a los efectos de la inflación.
El aumento de la recaudación fiscal será un poco más moderado que en los dos últimos ejercicios: 27,8% en 1983 y 17,8%. en 1984, año en que tampoco la recaudación fiscal llegó a rebasar el doble de la inflación. Si bien el Estado pretendió alcanzar mayor ritmo de incremento, su recaudación se quedó ligeramente por debajo y la inflación excedió un punto el 8% previsto. Las comunidades autónomas, las diputaciones y los ayuntamientos, cuyos ingresos representan una cuarta parte del total, no cubrieron este bache, debido a que también les afectó el débil comportamiento de la actividad y las rentas salariales.
Aunque Hacienda no fija objetivos totales de recaudación fiscal, por el hecho autonómico, la estimación de la carga global que deberán soportar los contribuyentes resulta más representativa que la incluida en los Presupuestos del Estado, cuya presión fiscal subirá de todas formas 0,7 puntos. El fenómeno tendrá más importancia en 1986, por dos motivos: el volumen de impuestos cedidos a las autonomías ha crecido y los Presupuestos sufrirán grandes cambios orgánicos.
Impuestos para la CEE
En efecto, el proyecto de Presupuestos que recibirán hoy las Cortes es poco comparable con los de años anteriores. Aparte del ya conocido paso al Estado de unos 250.000 millones de pesetas que recaudaban hasta ahora otras administraciones -en especial, las diputaciones-, habrá un presupuesto paralelo para reflejar los ingresos y gastos derivados de la integración en la CEE-. De los impuestos indirectos -y, en concreto, el lVA-, la Comunidad recibirá de España unos 75.000 millones, que no aparecerán en las cuentas del Estado, aunque serán pagados por los consumidores.Si se cuentan los impuestos para el Mercado Común, que éste deberá devolver fundamentamente con subvenciones e inversiones públicas -el presupuesto para la CEE será equilibrado en ingresos y gastos, pese a que durante el primer semestre se prevén mayores ingresos-, los ingresos fiscales indirectos de todas las administraciones públicas aumentarán un 19% respecto a los esperados para 1985. Frente a este avance de los tributos cobrados en última instancia al consumo -el pasado año aportaron al Estado 1,53 billones de pesetas, y a las autonomías y ayuntamientos, otros 0,68 billones-, los impuestos sobre la renta y el patrimonio -cuyo reparto en 1984 fue similar, con 1,57 billones para el Estado y 0,47 para las autonomías- crecerán durante el próximo año un 8,5%.
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