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Cuatro años de cárcel para un médico por imprudencia temeraria

La Sala Primera de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado al médico José Ignacio Ruiz Miquel, de 39 años de edad, a una pena de cuatro años, dos meses y un día de prisión menor por un delito de imprudencia temeraria profesional con resultado de homicidio, cometido en el mes de diciembre de 1980 en la persona de un niño de cuatro años, residente en Cullera (Valencia).

Ruiz Miquel ha sido condenado también por el mismo tribunal a una pena de cuatro meses y un día de arresto mayor y multa de 220.000 pesetas por sendos delitos de falsedad en documento público e infracción de las leyes sobre inhumaciones, así como suspensión del ejercicio de la profesión de médico y del derecho de sufragio activo y pasivo durante el tiempo de la condena. El médico condenado deberá también indemnizar con seis millones de pesetas a los padres del niño fallecido, Manuel Sapiña Aragó.Según el relato de los hechos que figura en los resultandos de la sentencia, José Ignacio Ruiz Miquel ejercía como médico pediatra en la localidad de Cullera, donde pertenecía al cuadro médico de la Mutua Ibérica de Seguros y Previsión Social, a la que estaban afiliados los padres del niño fallecido.

Faringitis

El día 2 de diciembre de 1980 José Ignacio Ruiz visitó en su consultorio al pequeño Manuel Sapiña, que se encontraba aquejado de una fuerte fiebre y se quejaba de dolores en la pierna derecha, y le diagnosticó un proceso infeccioso de faringoamigdalitis, para el que recetó un tratamiento con calmantes y antipiréticos.Durante los dos días siguientes el estado del niño, que sufría fuertes dolores de cabeza, fiebre y vómitos, empeoró progresivamente, sin que José Ignacio Ruiz, que fue requerido repetidas veces por parte de la madre, accediera a visitarle en su domicilio, medicándole por teléfono.

El día, 5 de diciembre, y cuando el pequeño se encontraba ya en estado crítico, con pérdida de consciencia y fuertes convulsiones, Ruiz accedió a visitarle, diagnosticándole un ataque de epilepsia, para el que le puso una inyección.

Ante la insistencia de los padres, el médico ahora condenado rellenó un volante para el ingreso del niño en la Clínica del Consuelo, de Valencia, a la que sus padres le trasladaron urgentemente al poco rato de retirarse José Ignacio Ruiz.

El niño Manuel Sapiña falleció a las 22.40 del mismo día, en la clínica infantil de la Escuela Departamental de Puericultura de Valencia, a la que fue llevado, ya en coma profundo, tras comprobar sus padres que en en la clínica a la que Ruiz les había enviado no existía servicio de pediatría.

Trasladado su cadáver de nuevo a Cullera, firmó el certificado de defunción el mismo José Ignacio Ruiz, quien hizo constar como resultado de la muerte "crisis epiléptica aguda", cuando, en realidad, se trataba de una grave dolencia cerebral, y estableció como momento del fallecimiento las cuatro de la tarde deldía 5, es decir, más de seis horas antes del verdadero momento de la defunción, con el propósito de que el cadáver pudiera ser inhumado el día siguiente.

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