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'El Trapitos', un desaparecido de 63 años que vivía entre toneladas de basura

Los vecinos echaron en falta hace dos meses su presencia huraña y desconfiada. Hacía ya muchas noches que no salía a recorrer las calles para adueñarse de todos los desechos que hallaba y que engrosaban la montaña de basura que había construido en el interior de su domicilio. Su casa era en realidad un túnel excavado en su particular basurero. Le llaman el Trapitos y tiene 63 años. El nombre lo decía todo. La prolongada ausencia hizo temer por su vida. Los vecinos llamaron a la Guardia Urbana y los servicios municipales comenzaron la limpieza. La realidad ha sido muy superior a lo imaginado, pero la principal incógnita no se ha desvelado. El Trapitos ha desaparecido.

La policía barcelonesa investiga desde anteayer el paradero de Luis Vargas, de 63 años de edad. Su desaparición fue denunciada en un primer momento a los bomberos de Barcelona por sus propios vecinos de la calle de Premià, en el barrio de Sans. Desde hacía más de dos meses no daba señales de vida. De la vivienda -una planta baja, al nivel del suelo, de una antigua casa de dos pisos- se desprendía un "fuerte e insoportable hedor de putrefacción", lo que ayudó a que tomaran cuerpo las sospechas de que pudiera estar muerto en el interior de su domicilio, convertido en los últimos tiempos en un almacén de desperdicios.Cuando los bomberos y los agentes de la Guardia Urbana penetraron en la casa, después de derribar la puerta, se confirmaron los temores de que Luis vivía en un auténtico basurero. Montañas de papeles, cartones, muebles viejos, desechos y enseres inservibles que el desaparecido había ido acumulando durante los últimos 10 años.

Ocho miembros de la brigada de limpieza municipal han necesitado dos días de trabajo y cargar 12 camiones para despejar la basura acumulada en estado de fermentación y putrefacción. Luis no ha aparecido ni vivo ni muerto.

Según las versiones que ofrecen los vecinos, y por algunos miembros de la Guardia Urbana, Luis "podría haber muerto hace semanas y su cuerpo se lo deben de haber comido las ratas que han aparecido a cientos en la casa, algunas son como conejos de grandes". Según estos vecinos, el desaparecido era un hombre "muy extraño, y muy poco sociable".

Aunque albergaban sospechas, , ninguno de los vecinos se podía imaginar la magnitud de los desechos amontonados en lo que aparentemente era su domicilio. Más de 20 toneladas de basura había acumulado en su diaría búsqueda por las calles barcelonesas, según calculan los hombres que han participado en los trabajos de limpieza. Luis se ha dedicado durante los últimos 10 años a recoger todo tipo de materiales de desecho que fue amontonando en el interior de la vivienda, en tal cantidad que tuvo que construir una especie de túnel de 14 metros de largo para poder transitar. Nadie se explica el porqué. Fue "tapicero de oficio pero desde hace varios años no trabajaba, y tenía una pequeña pensión", recuerda una vecina. La casa-almacén era un secreto ahora descubierto; pero falta por hallar al protagonista.

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