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Una mujer de 29 años murió el viernes tras serle practicado un aborto clandestino

La dirección del Hospital Provincial denunció el pasado viernes ante el juzgado de guardia la muerte de una mujer de 29 años de edad, cuya identidad corresponde a las iniciales M. C. T. Z., a consecuencia de una parada cardiaca que le sobrevino después de ser intervenida quirúrgicamente en el propio hospital. La paciente ingresó aquejada de una peritonitis provocada por un aborto que se le había practicado en Hervas, una localidad portuguesa cercana a la frontera española.Fuentes de la Consejería de Salud y Bienestar Social de la Comunidad de Madrid informaron ayer que el viernes, aproximadamente a las 10.30 de la mañana, ingresó en el Hospital Provincial una mujer, nacida en 1956. Presentaba una peritonitis aguda, con desgarro del útero, provocada, según las opiniones de los médicos que la atendieron, por algún objeto punzante, posiblemente una aguja de las de hacer punto.

La mujer, de la que la Consejería no ha querido facilitar datos personales, al margen de que residía en Alcalá de Henares, explicó a los médicos que el día anterior había abortado en la localidad portuguesa. Tampoco se tienen más detalles sobre las circunstancias en que se produjo el contacto de la joven con la persona o personas que se encargaron de realizar el aborto, su traslado a Portugal y las condiciones del mismo.

M. C. T. Z. fue intervenida inmediatamente y permaneció en la mesa del quirófano durante casi dos horas. Sin embargo, a la una y media de la tarde sufrió una parada cardiaca, acompañada de choque séptico, y falleció sin que pudiera hacerse nada por salvarle la vida.

La dirección del hospital presentó primero una denuncia ante el juzgado de guardia por las circunstancias en que se produjo el ingreso de la mujer en el centro hospitalario, denuncia que luego fue ampliada con la notificación de su muerte.

Una fuente autorizada de la Consejería lamentó la muerte de una mujer joven, "que debe servir al menos como llamada de atención para la situación de tantas otras mujeres embarazadas que no tienen cabida en la reciente ley del aborto y deben recurrir a ponerse en manos de verdaderos carniceros".

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