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Iberia canceló ayer 80 vuelos por la huelga de los controladores franceses

Enric Company

Iberia suprimió ayer la práctica totalidad de sus vuelos europeos, y retrasó la salida de los restantes, a causa de la huelga de los controladores aéreos franceses. El paro, que se inició a las siete de la mañana de ayer y se prolongó hasta las siete de la tarde, bloqueó durante todo el día los aeropuertos españoles. Durante la huelga de controladores franceses de 1973, un avión de Iberia chocó en cielo francés con otro de la compañía Spantax. El balance de aquel accidente fue de 68 muertes.

La única posibilidad de volar, según la compañía aérea española, era desviar la ruta de sus vuelos con Europa, a través del Atlántico o del Mediterráneo, para evitar sobrevolar el espacio aéreo francés. Estos rodeos prolongaban la duración de los vuelos.Las posibilidades de volar sobre el Mediterráneo se redujeron cuando los controladores' argelinos prohibieron sobrevolar su espacio a todos los aviones que no contaran con una autorización expresa, que debía ser tramitada por vía diplómatica. El motivo del paro, que fue secundado por el 85% de los controladores franceses, fue la reivindicación de un aumento de las pensiones de jubilación.

Fuentes de Iberia declararon a este periódico que los retrasos fueron acumulándose y lo que en un principio supuso una tardanza de media hora, en los primeros vuelos del día, se convirtió en aplazamientos de hasta casi 24 horas. La compañía fletó dos Airbus (con capacidad para 250 personas) que realizaron los vuelos de Roma y Londres.

Aterrizaje sorprendente

Según las mismas fuentes, los retrasos no afectaron a ninguno de los vuelos transatlánticos ni a los vuelos nacionales. Pese a las dificultades de comunicación con la torre de control del aerópuerto, un avión de Iberia consiguió aterrizar en París ayer por la tarde ante el asombro de la propia compañía.La terminal de salidas internacionales del aeropuerto de Madrid, Barajas, estuvo bloqueada durante todo el día de ayer. Los sucesivos retrasos y las cancelaciones agolparon a gran parte del personal en los mostradores de información y de canje de billetes. En el aeropuerto de El Prat de Barcelona no confirmaron el número de vuelos suspendidos. En el resto de los aeropuertos españoles la situación fue menos grave a ser ayer un día de poco tráfico.

Los pasajeros iban y venían a las oficinas de las distintas compañías buscando el primer vuelo que saliera hacia su destino. Los hoteles cercanos al aeropuerto de Barajas estaban repletos de pasajeros en tránsito, uno de ellos comentó: "vamos a conocer Madrid, pero he perdido una importante reunión de trabajo en Copenhague". Unos recién casados tuvieron que pasar su "luna de miel" en casa de sus padres en lugar de en un hotel de París.

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Un sacerdote que debía de haber llegado a Roma ayer por la mañana confirmó resignado: "Además de mucho tiempo he perdido todo el humor". Un español emigrado a Ginebra, que había optado por el transporte aéreo al destrozar su coche en un accidente afirmó: "No sé si en mi trabajo van a creer todo lo que está pasando".

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