El general Víctores ordena la ocupación militar de la universidad de Guatemala

El jefe del Estado guatemalteco, general Óscar Mejía Víctores, anunció ayer la ocupación militar de la principal universidad de Guatemala, consumada en la noche del martes, hecho sin precedentes desde hace 12 años. Mejía, informó de la adopción de una serie de medidas encaminadas a atajar la oleada de disturbios derivada de la situación económica reinante. Unos 3.000 soldados y vehículos blindados fueron desplegados por la ciudad, donde al menos 10 personas han muerto en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, los más extensos de los últimos años.

En una alocución radiotelevisada difundida por todo el país, el general Mejía Víctores anunció la ocupación, consumada el martes, de la universidad central, el cierre de centros docentes hasta nueva orden, reajustes salariales y la congelación de precios de los principales productos de consumo.La ocupación de la universidad de San Carlos fue efectuada por varios centenares de soldados, que no encontraron resistencia. A última hora de ayer aún se desconocía el paradero de algunos catedráticos de la universidad que se encontraban en las instalaciones en el momento de la acción. El ejército no dió información alguna sobre cuánto tiempo se prolongará la ocupación, que ha puesto fin a 40 años de formal autonomía universitaria.

Al menos 1000 soldados del Ejército con vehículos blindados ligeros fueron desplegados por las zonas céntricas y periféricas de la capital guatemalteca para atajar los disturbios, que tienen su origen en el deterioro de la situación económica en el país. Según datos oficiales, la inflación alcanza un nivel del 140%, y la moneda local, el quetzal, que hasta hace poco conservaba la paridad del dólar, se ha devaluado hasta la quinta parte de su valor anterior.

Según medios oficiosos, las medidas anunciadas por el general Mejía obedecen al deseo gubernamental de "garantizar las elecciones presidenciales y legislativas que se celebrarán el próximo 8 de noviembre", y que las autoridades militares presentan como la formalización de la entrega del poder a los civiles.

Por su parte, fuentes de la oposición guatemalteca señalaron que el empobrecimiento derivado de la situación económica y de la política del régimen militar ha colocado a amplios sectores populares y también del empresariado local en una situación que califican de "desesperada", y cuya expresión política y social ha sido, a su juicio, esta oleada de protestas. Las manifestaciones callejeras han sido especialmente virulentas y masivas. La participación de los sindicatos en la organizacion de las acciones de protesta es creciente, según estos medios.