La policia española cree que el botín del asalto al Hispano fue trasladado el 16 de agosto a Italia en un camión

La policía española está convencida de que la mayor parte del botín conseguido por los autores del rififí de la sucursal del Banco Hispano Americano de la calle de Fontanella de Barcelona se encuentra dispersado por diversas localidades italianas. Fuentes policiales aseguraron ayer a este diario que la Interpol está sobre la pista de un furgón de amplia capacidad en el que se habría efectuado el traslado, el 16 de agosto, pese a lo cual las posibilidades de recuperación de lo robado se diluyen día a día. Esta hipótesis justificaría el enfado de la policía española, convencida de que sus colegas italianos se precipitaron en las detenciones. Las especiales características que confluyen en un robo a una cámara acorazada hacen que si el botín no se encuentra íntegro en los primeros días resulte ya muy difícil su recuperación.

Las mismas fuentes aseguraron que pese a que se ha detenido ya a 14 personas - 11 en Italia y tres en España-, las joyas y divisas recuperadas representan un porcentaje "insignificante" del total del botín conseguido por los ladrones. Hasta el momento, la Policía ha recuperado unos 30 millones de pesetas, 15 kilos de oro en joyas y 69 rubíes. Todo ello representa "menos de un l0%" de lo denunciado por los afectados ante el Grupo Primero de la Brigada Judicial de Barcelona, lo que, a su vez, es una parte mínima del total que había en las 1.023 cajas desvalijadas.Según uno de los policías españoles que siguen la investigación, "no era lógico que los jefes de la banda, que son italianos, dejaran todo el botín en Barcelona, en manos de los españoles que les ayudaron en el robo", por lo que desde un primer momento se trabajó en la hipótesis de que los ladrones tuvieran preparado de antemano el traslado del botín a Italia. Al parecer, Mario Tocca Proietti y su banda lo tenían todo previsto. En la mañana del 16 de agosto, mientras la policía recibía la denuncia por parte del Hispano de que se había producido el robo, un camión de transporte, cargado con lo robado, cruzaba la aduana hispanofrancesa de la Jonquera (Gerona) en mitad de una larga caravana de camiones, como los que diariamente, y a centenares, atraviesan ese paso fronterizo. Toda la documentación del camión estaba en regla, pero en el interior de la caja se encontraba la mayor parte del botín conseguido en el rififí, aseguran las mismas fuentes.

La policía española podría conocer en estos momentos la matrícula del camión, el nombre del transportista y el primer destino de la mercancía. Sin embargo, lo más probable es que el botín esté ya repartido en diversas localidades italianas, donde especialistas en el mercado negro se encargarían de colocarlo. De confirmarse estos datos, a su salida de la cárcel, los ladrones podrían encontrarse con una considerable fortuna en sus manos.

Prohibido hablar

Por su parte, los inspectores Flores y Mariño, los dos miembros de la Brigada Regional de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona que han viajado a Italia, se reunieron ayer con los responsable! de la Escuadra Móvil de la policía de Roma. En la reunión se trató principalmente de la estrategia para la recuperación del botín. Reunidos en el amplio despacho de Guglielmo Incalza, jefe del operativo policial montado para este caso, los policías discutieron, durante toda la mañana de ayer, la forma de encontrar el lugar donde aún se esconde la mayor parte del dinero y las joyas robadas.

El inspector Mariño, jefe del Grupo Primero de la Brigada Judicial de Barcelona, manifestó ayer a EL PAIS: "No puedo decir absolutamente nada, el caso no está cerrado y no puedo ni explicar qué estamos haciendo aquí, porque mis mandos me han prohibido rotundamente que efectúe cualquier tipo de declaración". A su lado, Incalza escuchaba atento la conversación del policía con el enviado de EL PAIS, y podía comprobar la postura, tan distinta, del inspector español en relación a la adoptada por los policías italianos, que, desde que se produjeron las detenciones en Venecia, Bolonia y Roma, pudieron ser abordados sin problemas por los periodistas romanos. Según un policía español, "para los italianos el tema quizá ha terminado con la detención de esas 11 personas implicadas en el rififí, pero, para nosotros, el caso aún sigue abierto, hasta que podamos encontrar todo el botín, porque el éxito de esta operación será, precisamente, poder devolver a sus legítimos propietarios todas las joyas y objetos de valor que Mario Tocca Proietti y sus cómplices les robaron".

El inspector Mariño y el inspector Flores, este último adscrito al Grupo de Atracos de la Brigada Judicial, llevan ya una semana en Roma. Ambos policías, que siguieron el caso desde el primer día, ayudaron a la policía italiana a detener a los dos españoles que colaboraron en el rififi: Josefa Salazar y José Luis Esplugues. Según Guglielmo Incalza, "todas las personas que han sido detenidas hasta el momento serán trasladadas el lunes a la prefectura de la policía romana, donde serán interrogados una vez más sobre cómo desarrollaron la operación del robo. Sin embargo, a partir de mañana, los interrogatorios también intentarán conocer nuevos detalles sobre el paradero del resto del botín". En Italia se habla ya de que la pena que se les podría imponer a los miembros de la banda, en caso de que fueran declarados culpables, no superaría los seis años. "Si la banda de Mario Tocca Proietti consigue esconder el dinero hasta entonces, el rififí habrá sido un éxito para ellos", declaró ayer un policía español.