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Reagan, anuncia oficialmente que no protegerá la industria norteamericana del calzado

Francisco G. Basterra

Ronald Reagan anunció ayer oficialmente su negativa a proteger a la industria americana del calzado, con cuotas o tarifas, de la competencia de las importaciones extranjeras, que se han hecho con el 76% del mercado en este país. El presidente dijo que la protección solicitada por los fabricantes nacionales "sería perjudicial para los intereses económicos, nacionales e internacionales del país" y constituiría una medida "ineficaz y extremadamente cara". La decisión, aunque esperada, es una buena noticia para los zapatos españoles, que podrán de momento seguir entrando sin trabas en EE UU, donde en 1984 se vendieron 38 millones de pares por valor de 361.000, millones de pesetas. Brasil, Taiwan, Corea del Sur e Italia eran los otros países contra los que la industria y el Congreso habían solicitado la imposición de cuotas.Reagan, al mismo tiempo que anunciaba que este país -y esta Administración no son proteccionistas, dijo que ha dado instrucciones al Gobierno para que en un plazo breve reevalúe la política comercial y le presente opciones concretas para responder a los países que llevan a cabo "prácticas comerciales injustas" en sus relaciones con EE UU. El presidente, con la promesa de una política más agresiva en el futuro, quiere contener la irritación del Congreso, que está dispuesto a declarar una guerra comercial votando este otoño una severa legislación proteccionista. La Casa Blanca advirtió ayer que "hay muchas posibilidades" de que Reagan vete las medidas proteccionistas que apruebe eventualmente el Parlamento.

"La decisión es positiva para España aunque habrá que esperar a ver cual es la reacción del Congreso, que aún puede votar cuotas para proteger el calzado norteamericano", dijo una fuente comercial española en Washington. El calzado representa el 15% de las exportaciones españolas a EE UU y sólo un 5% de las importaciones globales de zapatos que hace anualmente este país. España tiene históricamente un déficit comercial con EE UU, que en, 1984 ascendía unos 1.000 millones de dólares, sin contar el comercio de armamentos. En el primer semestre de este año con respecto al de 1984, las exportaciones españolas han descendido un 4,17%.

Clayton Yeutter, representante especial de la Casa Blanca para temas comerciales, anunció ayer que "en el futuro seremos muy agresivos" en los temas comerciales. La Administración informó que empleará la sección 301 de la actual ley de Comercio, que permite al Ejecutivo presentar denuncias contra países concretos que en opinión del Gobierno de Washington restringen injustamente sus mercados a los productos norteamericanos. Las exportaciones norteamericanas de aluminio y cuero, en el caso de Japón; la protección del mercado de seguros en Corea del Sur y de ordenadores en Brasil, y las subvenciones a las frutas enlatadas europeas son algunos de los casos contra los que Estados Unidos procederá en las próximas semanas.

Balanza deficitaria

Yeutter pidió al Congreso que analice objetivamente las razones de la negativa de proteger a la industria del calzado y que no utilice argumentos emocionales al enfrentarse a los temas comerciales. Este año la balanza comercial estadounidense se cerrará con un déficit de 150.000 millones de dólares, provocado sobre todo por la sobrevaloración del dólar.

Reagan defendió que la protección al calzado norteamericano costaría a los consumidores, en precios más caros, entre 2.000 y 3.000 millones de dólares; obligaría a pagar a EE UU compensaciones a los países afectados por otros 2.000 millones de dólares; no ayudaría a recuperarse a la industria nacional; provocaría una serie de represalias y una guerra comercial que conduciría al desastre de la depresión del año 1930; aumentaría la inflación; castigaría a los contribuyentes y perjudicaría al conjunto, de la economía nacional. El presidente dijo que los miles de millones de dólares que se ahorrarán al no proteger a los zapatos nacionales se emplearán para reciclar a sus trabajadores. Se calcula que el declive de esta industria afectará a 33.000 empleos.

La pasada primavera, la Comisión Internacional de Comercio recomendó a Reagan la protección del calzado americano a través de la imposición de cuotas o tarifas arancelarias. La decisión de ayer del presidente es la respuesta a esta petición.

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