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Sexto golpe militar en Nigeria en 25 años

El Ejercito derroca al general Buhari, al que acusa de del poder en detrimento de los intereses nacionales

El general de división Ibrahim Babangida es desde ayer el nuevo hombre fuerte de Nigeria, país que sufrió en la madrugada del martes el sexto golpe de Estado militar en sus 25 años de nación independiente, al derrocar el Ejército el régimen del presidente Mohamed Buhari, también general de división, en el poder desde el día de Nochevieja de 1983, según informaciones recibidas en Londres. El golpe de Estado encabezado por Babangida, hasta ayer jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, ha sido hasta ahora incruento. Buhari ha sido acusado por sus compañeros de armas de abusar del poder en detrimento de los intereses nacionales.

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El país más rico y poblado de Africa.

Las comunicaciones con Lagos, capital del país, se encuentran cortadas. Fuentes del Departamento de Estado norteamericano indicaron que se había recibido en Washington una comunicación desde Lagos en la que se advertía del golpe militar, pero que se cortó a los pocos segundos. El comunicado recibido en Washington no facilitaba todavía el nombre del nuevo hombre fuerte del país, aunque anunciaba que no se habían producido amenazas ni acciones violentas contra extranjeros residentes en Nigeria, especialmente súbditos norteamericanos.El PAIS intentó sin éxito comunicar ayer con el Ministerio Federal de Información y con el rotativo de difusión nacional The Dady Times. No obstante, en medios diplomáticos y de la colonia extranjera en Lagos se venía especulando desde semanas atrás con la posibilidad de un golpe militar, que se temía que fuera encabezado por militares de baja graduación.

La situación es confusa, por el momento, en la nación más populosa y rica de África, ya que hasta media tarde de ayer no se supo exactamente la identidad de la persona que ha dirigido el golpe. El general de brigada Joshua Dogonyaro, que leyó por Radio Lagos el anuncio del derrocamiento del régimen de Buhari, manifestó que hablaba "en nombre de mis colegas y de los miembros de las fuerzas armadas de Nigeria".

Radio Lagos estuvo ayer transmitiendo el comunicado de Dogonyaro cada 20 minutos. El comunicado de Dogonyaro, captado por los servicios de la BBC en Londres, anunciaba la disolución del Consejo Supremo Militar, del Consejo Ejecutivo, que hacía las funciones de Gobierno, y del Consejo de Estado, así como el cierre de las fronteras, de los aeropuertos y puertos, y la imposición del toque de queda desde el anochecer ,al amanecer en Lagos y en el resto de las capitales de los 19 Estados de la federación nigeriana.

El comunicado, leído a las ocho de la mañana de ayer (hora peninsular), comenzaba con estas palabras: "Yo, general de brigada Joshua Nimero Dogonyaro, del Ejército nigeriario, hago la siguiente declaración en nombre de mis colegas y miembros de las fuerzas armadas nigerianas". A continuación, Dogonyaro, después de afirmar que "la intervención de los militares a finales de 1983 fue recibida con un entusiasmo sin precedentes por toda la nación", manifestó que las fuerzas armadas no podían permanecer pasivas "mientras un pequeño grupo de personas abusaban del poder en detrimento de nuestras aspiraciones e intereses nacionales".

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La acción de las fuerzas armadas está dirigida a poner fin a una situación que, según Dogonyaro, ponía en peligro a Nigeria por la falta absoluta de dirección por parte de sus dirigentes.

El comunicado reconoce que muchos de los problemas de Nigería fueron heredados por Buhari del último Gobierno civil, pero añade que "el lento ritmo de cambio se debe principalmente a la absoluta falta de unidad de propósitos por parte del Consejo Supremo Militar", cuyas funciones han sido asumidas por "un número selecto de personas encargadas de la política diaria". Según Dogonyaro, todos los esfuerzos realizados por los miembros del consejo para aconsejar a la dirección del país fueron considerados como "un reto a la autoridad o como una forma de deslealtad". Para los autores del golpe, Buhari y sus colaboradores dedicaron más energía a ,,acallar a una oposición imaginaria que' a dirigir el país".Las acusaciones hechas al régimen de Buhari son las típicas de cualquier golpe de. Estado africano: deterioro de la situación económica, falta de cumplimiento del programa enunciado cuando Buhari se hizo con el poder y otros similares. El comunicado se limita a justificar el nuevo golpe, sin enunciar un programa coherente de gobierno. "Consideramos nuestro deber utilizar los recursos y medios a nuestro alcance con el fin de restaurar la esperanza de los nigerianos y renovar las aspiraciones para un futuro mejor".

El contenido del comunicado es similar al leído cuando a finales de 1983 Buhari derrocó al presidente democrático Shebu Shagari. En tonces, los militares acusaron a la Administración civil de "mal gobierno y corrupción".

Durante su gobierno, se produjo uno de los incidentes más chocantes en la historia de las relaciones internacionales. Agentes del servicio secreto nigeriano secuestraron en su exilio de Londres al ex ministro de Transportes Umaro Dikko y le introdujeron en un contenedor con destino a Lagos. Las sospechas de los aduaneros del aeropuerto de Stansted, en las afueras de Londres, les hicieron proceder a la apertura del contenedor a pesar de que iba consignado como mercancia diplomática- y liberar a Dikko.

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