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RELIGIÓN

5.800 curas casados, esperan la dispensa papal para regularizar su situación

Representantes de los sacerdotes católicos casados de todo el mundo -que un portavoz cifró en 70.000- se reunieron ayer en Ariccia, localidad próxima a Roma, para debatir su situación, contraria a la exigencia del celibato impuesta por la doctrina del Vaticano. Según los organizadores del encuentro, 5.800 sacerdotes esperan actualmente la dispensa papal para poder regularizar su situación.Cincuenta religiosos de 15 países acudieron a la reunión, acompañados muchos de ellos de sus mujeres e hijos. Durante las jornadas, que se prolongarán por espacio de una semana, los asistentes al encuentro de Ariccia -localidad situada a pocos kilómetros del lugar de residencia de Juan Pablo II, la primera autoridad que reprocha su situación- escucharán un informe del teólogo germano occidental Heinz Juergen Yogels que critica la posición de la Iglesia de que los sacerdotes deben ser hombres solteros.

Vogels mantiene que esta doctrina no tiene una sólida justificación teológica y fue incorporada al rito latino después del segundo concilio de Letrán, celebrado en el año 1139. Los sacerdotes ortodoxos tienen plena libertad para con traer matrimonio desde 1054. El papa Juan Pablo II reafirmó a principios de este año ¡a oposición de la Iglesia al matrimonio de los sacerdotes, al aborto y al control de la natalidad.

Los organizadores del seminario, que es la continuación de otro más reducido que se celebró en Italia hace dos años, aseguraron que 70.000 de los 400.000 curas católicos que existen en el mundo están casados. Dos tercios de estos curas han conseguido la dispensa papal, la mayoría durante el pontificado de Pablo VI.

En los últimos años, el Vaticano se ha mostrado menos dispuesto a conceder las dispensas, y actualmente, cerca de 5.800 esperan la dispensa papal. Uno de los organizadores del sínodo, Gianni Gennari manifestó el pasado sábado en una conferencia de prensa que los curas no contemplan el matrimonio como un obstáculo en su vocación sacerdotal.

Por el contrario, afirmó Gennari que lo consideran "un don, una llamada que es compatible con el sacerdocio". "Creemos", dijo, "que se puede ser un buen sacerdote casado o soltero".

Gennari afirma que muchos delegados tienen experiencias parecidas a la suya. "Entré en el seminario con 17 años y nunca cuestioné la doctrina del celibato, ya que lo consideraba natural. Para apoyar esta idea existe un intento deliberado de presentar al cura como un superhombre, y a la mujer, como una fuente de peligro".

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