No por el interés de los blancos
THE WASHINGTON POSTEn Suráfrica es el negro quien lleva el peso, no sólo de la represión a manos del Gobierno blanco, sino también el peso de demostrar su apertura de mente y su infinita paciencia en lo que se refiere a la obstinada resistencia del Gobierno a reducir la represión.Mucha gente del exterior discute cada vez con más frecuencia las actuales relaciones entre blancos y negros en Suráfrica, como si estuvieran tratando de dos partes igualmente tercas, en un tedioso conflicto laboral o en una disputa acerca del seguro en un accidente automovilístico. Se olvida que una de las partes de esta disputa, el Gobierno, está cometiendo un delito terrible y continuo contra la otra parte. (...)
(.. .) Parece que hay gente en el Gobierno de Estados Unidos que cree que él obispo Desmont Tutu, después de ver rechazada su petición de reunirse a solas con el presidente Botha, cometió un error al negarse a la solicitud de personarse con un grupo designado de otros clérigos a los que Botha recibió tres semanas después.
En el Gobierno estadounidense, y en todas partes, se ha estado haciendo un esfuerzo gigantesco los últimos días para encontrar un significado benigno en el áspero y duro texto que el presidente Botha dirigió a la Cámara de Durban la semana pasada. Algo del consuelo que sacaron del discurso requería una búsqueda de ambigüedades y alusiones que probablemente no existían. Pero el caso es que aunque las hubiera habido lo que ha revelado la búsqueda es penoso. Más exactamente, es insultante. Se dice que el Gobierno está insinuando que tal vez, si son buenos chicos y se comportan a la manera de los blancos, en su momento se hablará con los negros, o con aquellos de ellos con los que apetezca hablar de aflojar un poco los grilletes.
Disculpen, no creemos que sea Desmond Tutu el que necesite una reprimenda pública.
21 de agosto
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