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La policía conduce a Cubillo ante la justicia

Antonio Cubillo, exiliado en Argel durante más de 20 años, llegó ayer al aeropuerto de Gando (Gran Canaria), en el vuelo 711 de la compañía aérea portuguesa TAP, a las siete y media de la tarde (hora peninsular), procedente de Lisboa. Tras descender del aparato, fue conducido por tres policías de paisano a un coche que le trasladó al edificio terminal. El centenar de seguidores que había acudido a recibirle no tuvo acceso a él, ya que fue retenido en el edificio hasta ser conducido a la medianoche (once de la noche en Canarias) a un avión de línea regular Las Palmas-Madrid. Cubillo declarará hoy, a las nueve de la mañana, ante la Audiencia Nacional.

Recién aterrizado en Canarias, Cubillo, con rostro sonriente, saludó a las pocas personas que lograron verle, moviendo en alto una de las muletas con las que se ayuda para andar. Tras su retención, algunos exaltados rompieron lunas de la terminal de Gando, aunque los incidentes no revistieron mayor gravedad.Cubillo había viajado de Argel a París, y de aquí, ayer por la mañana, en el vuelo 501 de Air France, a Lisboa. Tres horas después cogió el avión que le llevó a Gran Canaria, vía Funchal (Azores). La dificultad para conseguir billetes de avión de regreso obligó a Cubillo a viajar al aeropuerto de Gando, en Gran Canaria, donde la campaña de organizada por el comité de apoyo para su retorno había sido inferior a la de Tenerife, primer destino previsto. Cubillo había reservado la hora real de su llegada "por razones de seguridad", según uno de sus representantes en las islas.

La detención del nacionalista canario en el mismo aeropuerto era inevitable, según el delegado del Gobierno en Canarias, Eligio Hernández, que rehusó cualquier negociación sobre ese extremo. La pretensión de los promotores del regreso de Cubillo de que el mismo permaneciera el día de ayer en un hotel de Gran Canaria, en el que le llegaron a reservar una habitación, chocaba con la idea del delegado del Gobierno de cumplir a rajatabla la requisitoria del Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional.

Una orden de busca y captura que pesaba sobre él hacía prever su inmediato traslado a Madrid para responder ante el juez por un delito de estragos correspondiente a la causa 159-79 (robo de explosivos en unos pozos de Gran Canaria). Había sido amnistiado en 1977 y sólo tenía pendiente este cargo, del que se defiende alegando que en las fechas del caso se recuperaba en el hospital Mustafá, de Argel, de las heridas del atentado que sufrió en abril de 1978.

Su presencia ayer en el archipiélago fue posible al mediar personalmente el delegado del Gobierno, que facilitó la tramitación de su pasaporte, solicitado hace año y medio. Antes se había negado a recibir un documento de viaje válido para un solo vuelo a España, ya que su intención era dirigirse a Canarias sin pasar por la Península.

Antonio Cubillo Ferreira, de 55 años, es natural de La Laguna (Tenerife) y fue detenido en 1962, acusado de fomentar un movimiento de protesta de vendedoras de leche. Está casado con María Teresa Pérez, hija de un militar republicano exiliado, y tiene tres hijos. Tras ser puesto en libertad bajo fianza el citado año, escapó de la isla oculto en un barco de exportación de frutas que le condujo a Marruecos. De allí pasaría a Europa (Francia y URSS), antes de elegir Argel. Allí fundó el Movimiento para la Autodeterminación y la Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC). Sus tesis africanistas sobre Canarias, reconocidas por la Organización de la Unidad Africana (OUA), provocaron una polémica nacional. Disensiones internas y algunas redadas fueron desmantelando su organización. El cierre de la Voz de Canarias Libre, órgano radiofónico del MPAIAC, y su atentado debilitaron el apoyo que le daba Argelia.

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Tras prestar declaración en Madrid, se estima en medios oficiales que será puesto en libertad bajo fianza. En Tenerife residirá en una casa ya reservada y ejercerá la abogacía.

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