Suráfrica advierte que la reforma del 'apartheid' será gradual

El Gobierno de África del Sur informó ayer, a través de la radio estatal, que la reforma del sistema de segregación racial vigente en el país se efectuará de forma gradual, y no mediante cambios bruscos. El presidente, Pieter Botha, anunciará esta tarde una serie de medidas suavizadoras del apartheid, que, según fuentes diplomáticas surafricanas en Madrid, incluirán la libre circulación de los negros fuera de los bantustanes y la derogación de la ley que les obliga a tener residencia en determinadas zonas.

Botha anunciará también, al parecer, la convocatoria de una conferencia constitucional sobre la cuestión negra, en la que está previsto que participen la Iglesia, los diversos grupos étnicos y colectivos sociales.El ministro de Asuntos Negros, Gerrit Viljoen, siguiendo la línea ambigua marcada por el Gobierno en los últimos días, advirtió ayer a la minoritaria población blanca para que se mentalice para asumir los cambios que se introducirán en el futuro. Viljoen, que el día anterior aseguró que la reforma no alterará los fundamentos del apartheid, afirmó ayer que los blancos deben comprender que ha llegado la hora de que se termine su situación de predominio frente a la mayoría negra.

EE UU -cuyas presiones no parecen ajenas a la cosmética que va a aplicar Suráfrica al régimen- reiteró ayer la necesidad de que el Gobierno de Pretoria adopte "decisiones osadas" para reformar el apartheid, informa desde Washington el corresponsal interino. "Yo no diría que nuestra reacción estará condicionada totalmente por el discurso" de Botha, afirmó ayer el portavoz del Departamento de Estado, Charles Redman. Las medidas que anuncie Botha no serán el único parámetro que considerará la Casa Blanca. "Sólo daremos a conocer nuestra posición cuando hayamos tenido oportunidad de medir la reacción en Suráfrica, particularmente de los dirigentes negros" dijo el portavoz presidencial, Larry Speakes, quien aseguró que la postura norteamericana se dará a conocer el viernes, tras evaluar el discurso del presidente Botha.

Según aseguró Robert McFarlane, consejero de Seguridad Nacional, Reagan sigue considerando que la imposición de sanciones económicas a Pretoria sería "una legislación pésima", pero que las medidas que anuncie Botha influirán en la postura sobre si vetar o no la correspondiente ley.

Las medidas de suavización del apartheid fueron rechazadas ayer en Zambia, por adelantado, por altos responsables del Congreso Nacional Africano (ANC), principal movimiento clandestino contra el régimen surafricano para el que se tratan sólo de un recurso para ganar tiempo y retrasar o impedir las sanciones internacionales. Ayer eran persistentes los rumores de una inmediata puesta en libertad del líder del ANC, Nelson Mandela, encarcelado desde hace 21 años.

Por su parte, la Organización para la Unidad Africana (OUA). hizo saber ayer que rechazará las medidas por considerar que "todo lo que no suponga el establecimiento del sufragio universal no satisfará las justas aspiraciones y demandas del pueblo surafricano, cuya lucha está dirigida a la abolición del apartheid".

La Unión Soviética calificó ayer la actual situación en Suráfrica de "prerrevolucionaria y tendente a la liberación nacional, aunque es difícil prever cuál será su evolución".

Los disturbios, que en los últimos 18 meses se han cobrado más de 600 víctimas, continuaron ayer en todo el país y provocaron la muerte de al menos otras cinco personas. Según la policía, una bomba estalló el martes por la noche en un ascensor de la universidad de Witwatersrand, en Johanesburgo, si bien sólo causó daños materiales. La mayor parte de los estudiantes de esta universidad realiza actualmente un boicoteo de las clases para protestar contra el establecimiento del estado de emergencia el pasado 21 de julio.