"Si voy a España, estaré indefenso", declara el empresario jerezano

Mientras Crispín de Vicente, cabeza del bufete madrileño que lleva los asuntos de José María Ruiz-Mateos, asegura que, a pesar de haber renunciado a la defensa seguirá asistiendo jurídicamente al ex presidente del holding de la abeja hasta que éste designe otros abogados de su complacencia, el empresario jerezano clama desde Francfort que en el caso de regresar a España se encontraría completamente indefenso, porque no tiene abogados.José María Ruíz-Mateos contó ayer una vez más sus verdades a cuantas emisoras de radio, agencias y periódicos españoles quisieron escucharle. "Tristemente, paradójicamente, si voy a España estaré indefenso", ha declarado a la agencia Efe. "Lo que tenía antes eran traidores, no abogados". "¿Por qué sigue ocupándose Crispín de Vicente de mí defensa en contra de mi voluntad? Crispín defiende los intereses de los Vallses (aludiendo al banquero Luis Valls Taberner y sus amigos) y no los míos, por lo que me es imposible continuar con él".

El catedrático de Derecho Procesal Jorge Carreras, miembro del grupo de juristas que ha llevado la defensa de Ruiz-Mateos, se ha visto obligado a puntualizar. "A pesar de que Crispín de Vicente anunció su retirada de la dirección del equipo de abogados que asumimos la defensa de Ruiz-Mateos, para dejar al cliente en libertad de elegir defensor, su defensa no ha quedado abandonada ante los tribunales españoles".

Según Jorge Carreras, "el equipo de juristas no ha pasado factura a Ruiz-Mateos de sus honorarios profesionales", punto sobre el que el empresario jerezano no parece estar de acuerdo. "Crispín de Vicente ha recibido 80 millones que no ha justificado. Crispín y Matías Cortés exigen ahora minutas astronómicas para dar la venia a un nuevo abogado, con lo que me siento maniatado". Según José Luis de Vicente, abogado e hijo de Crispín de Vicente, "mi padre no ha recibido una peseta de Ruiz-Mateos. Las tasas judiciales y los dictámenes solicitados a especialistas del derecho se han pagado a través de familiares directos de José María, sin ninguna intervención de mi padre".

Sobre la eventualidad de su venida a España, Ruiz-Mateos se muestra resignado. "A estas alturas no me da ningún miedo el ir a Carabanchel; al revés, me encantaría poner los pies en España y que se clarifiquen muchas cosas. No pactaré el silencio a cambio de nada, y al final se sabrá la verdad".