El crecimiento del producto interior bruto ha sido inferior al 1% durante el primer semestre del año
El crecimiento real de la economía española durante el primer semestre de 1985 ha sido inferior al 1%, tres veces menor al obtenido en el mismo período de 1984. Por la carencia de contabilidad nacional trimestral, ni la Administración ni los expertos privados han completado sus cuadros macroeconómicos, aunque las estimaciones de ambos se mueven entre el 1% y niveles próximos al estancamiento, respectivamente. Esta es la razón que aconsejó al ministro de Economía, Carlos Solchaga, rebajar del 3% al 1,9% las previsiones para el año.
Incluso algunos expertos próximos al Gobierno consideran voluntarista el nuevo objetivo del 1,9%. Los últimos datos sobre ingresos por exportaciones y turismo refuerzan esta visión pesimista, pues no han confirmado la reactivación de la demanda externa y el consumo privado sigue estancado.Pese a las diferencias en la apreciación de lo que habrá aportado cada sector a la actividad económica en el primer semestre, explicables en algún caso por la actualidad de las informaciones estadísticas disponibles, Administración y expertos privados coinciden en el papel desempeñado por cada sector.
La agricultura y la construcción han tenido ligeros decrecimientos en su valor añadido o se han estancado respecto a las mismas fechas de 1984, mientras que el ligero aumento de actividad en la industria y los servicios ha compensado la depresión de los anteriores y serán los verdaderos motores de lo que pueda crecer la economía durante lo que resta de 1985.
Desde la óptica de la demanda o destino de dichas producciones, principal fuente de datos para los analistas de la coyuntura, el consumo privado, que absorbe más de dos terceras partes del producto interior bruto, parece haber empezado a perder sus tasas negativas de 1984 (caída del 1%), pero sin salir todavía del estancamiento, aunque en la expansión que pueda registrar a partir de ahora se cifran las mayores esperanzas del año. Así, el empuje parece haber procedido en el primer semestre de la inversión, pues las exportaciones han registrado tasas negativas.
Los informes elaborados en el Ministerio de Economía y Hacienda a finales de julio, a los que ha tenido acceso este periódico, indican que el producto interior bruto (PIB) habrá crecido durante el primer semestre entre el 10% y el 11% en pesetas nominales. Los precios, por su parte, han registrado alzas superiores al 9% ó 10%.
El aumento real de la actividad económica que se deriva de estos cálculos, del 1% como máximo, coincide con el estimado también en medios de la Administración restando a las magnitudes monetarias los precios y la velocidad de circulación del dinero.
Aunque los expertos privados parten de los mismos datos de base, se muestran más escépticos sobre la marcha del consumo privado y respecto a las perspectivas del sector exterior, sin el cual la economía española hubiera decrecido el pasado año el 1% en lugar de expandirse en torno al 2%.
Caída de exportaciones
De hecho, el Ministerio de Economía y Hacienda asegura en sus estudios que "el sector exterior ha comenzado en abril y mayo a ejercer un efecto moderadamente expansivo sobre la actividad, tras haber actuado contractivamente en el primer trimestre, posiblemente en cuantía equivalente a más del 1% del PIB respecto a un año antes".Sin embargo, los datos que acaban de conocerse sobre junio desmienten esta tendencia: las exportaciones de mercancías cayeron sobre igual mes de 1984 casi un 7% en pesetas y un 18,10% en dólares, al tiempo que los ingresos por turismo subieron sólo un 2% en pesetas y bajaron el 9,4% en dólares.
Además, los primeros indicadores de la evolución del mes de julio (aumento de las reservas exteriores en 350 millones de dólares, apenas la tercera parte del record de julio anterior) han resultado desfavorables, aun cuando entre amortizaciones anticipadas y pagos habituales la deuda haya provocado una salida de 500 millones de dólares, consecuencia de la política de reducción del endeudamiento exterior decidida por la Administración.
Así pues, los factores decisivos del primer semestre han sido el consumo y la inversión, aunque en este último caso gran parte de las variaciones positivas son atribuidas por la Administración y el sector privado al aumento de los almacenajes, por lo que habrá que ver la evolución de los próximos meses.
Del consumo privado, ante el que todos afirman que podrá reaccionar al haber dejado de ser tan castigado desde junio por la inflación y los impuestos, el propio Ministerio de Economía y Hacienda lo más que aventura es que "podría haber dejado de actuar contractivamente". "Es cierto", asegura el informe al que ha tenido acceso EL PAIS, que, la caída del salario por persona en términos reales está siendo ahora (1% aproximadamente) menor que,en 1984 (casi el 2%) y que el ritmo de caída del empleo asalariado se ha reducido ligeramente.
Transferencias a las familias
Es cierto, además, que las transferencias de la Seguridad Social a las familias crecían en términos reales un 2% en el primer trimestre del año y probablemente continúen a ese ritmo en el segundo. Sin embargo, el aumento de los ingresos fiscales por el impuesto sobre la renta de las personas físicas en enero-junio (33,8%) está siendo sensiblemente superior con toda probabilidad al de la renta de las familias -aún suponiendo un aumento sustancial para las rentas no salariales-, lo que sin duda está teniendo un efecto fuertemente contractivo sobre la progresión de la renta disponible de las familias en términos nominales.En medios de Hacienda se sefíala, por su parte, que el fuerte incremento de la recaudación de retenciones del impuesto sobre la renta no implica mayor presión fiscal sobre los que pagan impuestos sino un menor fraude a la hora de hacer efectivas las retenciones realizadas.
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