Marcos amenaza con cerrar el Parlamento filipino y convocar una elección presidencial anticipada
Los dirigentes de la oposición filipina aceptaron ayer el desafío lanzado por el presidente Ferdinand Marcos, quien ha amenazado con disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones presidenciales anticipadas si los grupos contrarios a su régimen llevan adelante su iniciativa de abrir un proceso político en el Parlamento contra el jefe del Estado filipino, cuyo mandato de seis años expira en 1987. El reto lanzado por el presidente de Filipinas ha servido, por otro lado, para avivar la adormecida escena política de este país, al tiempo que forzará a la oposición a buscar su unidad frente al régimen de Marcos.
En una reunión de cuatro horas celebrada el pasado jueves por la noche, el presidente Marcos "estudió seriamente" con la dirección de su partido en el Gobierno, el Movimiento Nueva Sociedad, la posibilidad de anticipar la elección presidencial, que debería celebrarse en 1987, y disolver el Parlamento si la oposición lleva a la práctica su iniciativa de abrir un proceso político parlamentario contra el presidente.Días atrás, 53 parlamentarios de la oposición hicieron un llamamiento para abrir un proceso político contra Marcos. La iniciativa se produjo tras las informaciones publicadas por la Prensa de Estados Unidos sobre la fortuna adquirida de forma poco clara por el presidente Marcos, su esposa Imelda y miembros del Gobierno en el extranjero. Al aceptar el reto lanzado por Marcos, se espera que la oposición presente formalmente en el Parlamento la petición de abrir un proceso político al presidente Marcos.
Fuentes gubernamentales señalaron que aunque el Gobierno cuenta con la mayoría en la Asamblea Nacional, por lo que la iniciativa de la oposición no forzaría la dimisión del presidente, un proceso político contra Marcos causaría un impacto negativo en el exterior, con los riesgos que ello supondría para los programas de recuperación de la economía nacional.
Los observadores políticos señalan que Marcos proyecta organizar un plebiscito nacional -que se desarrollaría el próximo otoño- con vistas a reforzar su mermada credibilidad y resistir, así, las presiones de Estados Unidos para que introduzca reformas políticas en su régimen.
El Congreso norteamericano aprobó el jueves la ley de ayuda exterior, con el riesgo para Filipinas de recibir menos ayuda militar y económica de la que el presidente Ronald Reagan deseaba suministrar al régimen del presidente Marcos, que afronta una grave situación económica, una creciente actividad de la guerrilla comunista, al tiempo que su credibilidad política interna se ve cada vez mas mermada a consecuencia del aún no aclarado asesinato de Benigno Aquino hace dos años y de los escándalos económicos en que se ve envuelta la familia presidencial.
Fuentes de los departamentos norteamericanos de Estado y de Defensa señalaron ayer en Washington que la Embajada filipina había informado a las autoridades de EE UU sobre las intenciones de Marcos.
La oposición filipina recibió ayer con satisfación la idea de unas elecciones presidenciales anticipadas. Salvador Laurel, el líder del principal grupo opositor, la Organización Democrática Nacionalista Unida (UNIDO), señaló: "La oposición está ya preparada para ir a las elecciones, así como nuestro pueblo, que ya ha rechazado el repugnante régimen de Marcos".
Sin embargo, los observadores señalan que el principal problema con que cuenta la oposición es su falta de unidad y las dificultades con que puede tropezar para encontrar un único candidato a la presidencia, única forma que abriría el camino a la posibilidad de triunfar frente a Marcos, en el poder desde hace 20 años, nueve de ellos amparándose en la ley marcial.
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