La dirección de Almaraz declara que los fallos de la central nuclear fueron "sucesos fortuitos que ya están subsanados
La dirección de la central nuclear de Almaraz (Cáceres) calificó ayer de "sucesos fortuitos típicos de cualquier instalación eléctrica", que ya están "subsanados" las deficiencias, hechas públicas ayer por este periódico, que provocaron dos cortocircuitos en el pasado y que podrían llegar a afectar a la red nacional de distribución de energía eléctrica. La Junta de Extremadura admitió que conocía el informe de la empresa, al que no le dio importancia "porque no afectaba a la seguridad". Sin embargo, el consejero de Obras Públicas, Juan Serna, declaró que tenía información directa de las deficiencias de la central, a las que calificó de graves, y manifestó que "hay una connivencia enorme entre el Consejo de Seguridad Nuclear y la propia Dirección General de la Energía", organismo dependiente de Industria.
El portavoz de la central de Almaraz, Antonio Bustamante, manifestó ayer que los hechos acaecidos desde la puesta en explotación de los dos reactores de la central nuclear "son absolutamente normales en este tipo de instalaciones y no han afectado en ningún momento a la seguridad nuclear de ambas unidades" informa desde Cáceres Pedro Jara. Las deficiencias habidas en 1978 y en 1983 en las instalaciones eléctricas "fueron solucionados adecuadamente" y la central nuclear ha estado "funcionando desde entonces total y absolutamente de forma satisfactoria".Para la dirección de la central, "el que se produzca un cortocircuito eléctrico en las barras de fase agrupadas puede originar la parada de la unidad correspondiente, pero no el apagón de la red eléctrica nacional", habida cuenta que la misma dispone "de los mecanismos y reservas adecuados para hacer frente a desenganches intempestivos de ésta u otra central".
Que el disparo de un reactor de Almaraz y la paralización del otro puedan provocar un apagón general es un tema controvertido entre los expertos, ya que a esta situación sólo se podría llegar en casos muy concretos, tales como que la parada se produjera en el verano y durante la noche, y se sufriera un retraso en poner en marcha otras fuentes de abastecimiento energético. "Además", manifestó el portavoz de Almaraz, "en pasadas situaciones de fallo de suministro eléctrico a nivel nacional, esta central ha respondido satisfactoriamente contribuyendo de forma importante a la estabilidad del sistema eléctrico nacional".
Quizá se refería a una incidencia confirmada ayer por fuentes del Consejo de Seguridad Nuclear, ocurrida el 21 de agosto de 1984, en el que se produjeron fallos en cadena en las centrales nucleares de Ascó, Garoña y Zorita, con lo que Almaraz tuvo que elevar casi al máximo su potencia para mantener el suministro energético a la red eléctrica nacional.
"Es un fallo viejo"
El portavoz de la central no ha negado la existencia del documento fechado el 15 de diciembre de 1983 y firmado por el entonces director de la central, José Fernández Mesa, pero ha afirmado que todos los problemas están solucionados, acudiendo a las cifras de producción: "en 1984 se produjeron 11.262 millones de kilovatios hora y en el primer semestre de este año la cifra es de 5.1000 millones de kilowatios hora".
El Gobierno regional extremeño, a través de su consejero de Industria y Energía y presidente en funciones, Eugenio Álvarez, admitió que la Junta conocía el citado documento, pero no le dio importancia porque esas deficiencias "no afectaban a la seguridad de la Central". "Es un fallo viejo", dijo, "que no incide en los sistemas de seguridad" calificando de exagerada la afirmación de que estas anomalías podrían causar un apagon general.
Sin embargo, el consejero de Obras Públicas de la Junta, Juan Serna, de vacaciones en Marbella, manifestó ayer a este periódico que él personalmente tenía conocimiento de que "existen deficiencias graves" por informaciones procedentes del interior de la propia central, aunque, ántes de realizar otras apreciaciones, quería comprobar sobre el lugar la importancia de los fallos para obrar en consecuencia. Serna destacó "la irresponsabilidad" en este tema del Consejo de Seguridad Nuclear y de la propia Dirección General de la Energía. "Hay una connivencia enorme" ' dijo, entre estas dos instituciones y las compañías eléctricas".
Ayer no fue posible localizar a ningún responsable de la Dirección General de la Energía. Fuentes del Ministerio de Industria manifestaron que "la directora, Carmen Mestre, está de vacaciones y no queda nadie; el departamento está cerrado".
Por otra parte, un portavoz del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) puntualizó respecto a la información publicada ayer que el esN sí informó sobre el incidente que se produjo en la central en octubre de 1983. En la página 78 del informe que el CSN presentó al Parlamento sobre el segundo semestre de 1983 se dice que el 30 de octubre de 1983 hubo un "disparo" de la central, es decir, una paralización automática de la misma, "pero no se explica la situación en la que se encontraban los sistemas eléctricos, ya que el CSN no tiene por qué informar de anomalías que no afecten a la seguridad de las centrales nucleares".
En cuanto a la contaminación radiactiva detectada en el circuito secundario, el CSN considera que el tema no reviste ninguna importancia, aunque están muy atentos a la evolución de esta fuga del circuito primario y mantienen un control estricto y diario sobre el tema. Según manifestaron, el índice de contaminación considerado peligroso no es el de 1.000 litros diarios, sino que esta cifra es la que las prescripciones técnicas consideran como máxima para que la central siga funcionando con normalidad.
Según el presidente de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza de Extremadura, Santiago Hernández, "un fallo en las instalaciones eléctricas en 1978 que se repite,en 1983 es también previsible que se produzca mañana".
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