Argelia, Siria, Yemen del Sur y Líbano boicotearán la 'cumbre' árabe de Casablanca
Argelia se abstendrá, junto con Siria, Líbano y Yemen del Sur, de participar en la próxima cumbre árabe extraordinaria convocada por Hassan II de Marruecos para el 7 de agosto en Casablanca. De acuerdo con un comentario publicado por el diario oficial argelino El Muyabid, la cumbre pretende legitimar el acuerdo jordano-palestino de febrero de 1985.
Según el acuerdo jordano-palestino, una delegación del Gobierno de Amman, en la cual figurarían personalidades palestinas, debe negociar con Estados Unidos e Israel una solución al problema de Oriente Medio. Para los argelinos, no es el rey Hassan II, sino el secretario general de la Liga Árabe, Chadli Klibi, quien debería convocar la citada cumbre, que se abrirá, de todas maneras, el próximo día 6 de agosto, según se afirma en Rabat, con una reunión preparatoria de ministros árabes de Exteriores.La Prensa marroquí informaba ayer que Hassan Il sostuvo el miércoles una conversación telefónica con el líder libio, Muammar el Gaddafi, su socio en la Unión de Estados, aunque no precisaba cuál fue la respuesta de Gaddafi. Se estima, no obstante, poco probable que el jefe del Estado libio se desplace a Casablanca, sobre todo si se tiene en cuenta que Hassan II tampoco viajará a Trípoli para festejar el primer aniversario de la unión y que la actual visita a Washington del primer ministro marroquí, Karim Lamrani, parece destinada a actualizar los acuerdos militares firmados entre EE UU y Marruecos en 1982.
Durante más de un mes, Arabia Saudí, que financia habitualmente estas cumbres, había permanecido a la expectativa. Tras una estancia de varios días en Marruecos del influyente consejero del rey Fahd, Ali Mussawi, Riad optó por la participación, arrastrando con ella la aceptación de los países del golfo Pérsico y de los otros Estados árabes moderados.
Los países llamados radicales, Siria, Argelia, Yemen del Sur e incluso Libia, se niegan, por el contrario, a estar presentes en una cumbre que, al margen del problema central palestino, realzaría el prestigio y la representatividad negociadora del rey Hassan II de cara a la "ONU, Estados Unidos y Europa occidental, en unos momentos en los que el monarca marroquí desea ardientemente recuperar ese papel protagonista que perdió y que su unión con Gaddafi no favorece en absoluto".
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