La mesa, la misa, la masa y la camisa

La mejoría bursátil notada a finales de la pasada semana continuó ayer su proceso de consolidación, lo que se reflejó en un aumento de 1,08 puntos en el índice general, aunque la falta de papel impide que la contratación supere un discreto nivel.En cualquier caso el perfil del mercado aparece más nítido que en semanas precedentes. El viernes, por fin, se renovó buena parte de las operaciones a crédito, con lo que las compras alcanzaron en aquella jornada los 390,5 millones de pesetas efectivas (la contratación total de acciones se situó en 1.642 millones de pesetas). Es una muestra del nuevo clima de tranquilidad en que viven los operadores ante la inminente llegada del mes de agosto.

La reunión que celebran hoy los presidentes de las compailias eléctricas con Carlos Solchaga y Joan Majó ha sido uno de los factores que de alguna manera han influido en la bonanza de la bolsa, y especialmente en el corro eléctrico. Aunque todavía no se sabe exactamente el planteamiento que expodrán ninguna de las dos partes, los analistas consideran que la reunión servirá para limar las últimas asperezas en los intercambios de activo. Y aun que tampoco se espera una rápida solución, algunos operadores han aprovechado esta última fase para colocarse en estos valores a bajo precio y esperar pacientemente el anuncio del acuerdo.

Mientras tanto parece que ha sonado la hora de otros valores que hasta este momento se habían mantenido en un discreto segundo plano. No es el caso citarlos por su nombre, pero basta echar un vistazo a la tabla de cotizaciones para comprobar que más de uno ha subido como la espuma en muy poco tiempo.

Paralelamente, parece que se han apaciguado las tensiones a costa de los tipos de interés con ese continuado descenso en el precio del dinero a un día y con el mantenimiento de los precios a medio plazo. El mercado del dinero vivió ayer una profundización en esta tendencia, ya que los depósitos a un día se situaron al 9,16%, perdiento esos dos dígitos que se mantenían desde hace bastante tiempo. Lo mismo sucedió con el dinero a siete días (9,78%), mientras que a tres meses se establecía ligeramente por debajo del 14% (exactamente al 13,97%). Los pagarés de regulación, como ya empieza a ser habitual, siguen al 13%.

Los expertos, sin embargo, empiezan a dar más importancia a otros factores internos del mercado que al precio del dinero o a la previsible evolución de la peseta respecto a otras divisas occidentales. La depreciación que sufrió ayer el dólar -para situarse a 164,690 pesetas- pasó más inadvertida que la constatación de que el mercado desprecia olímpicamente la publicación de los resultados empresariales para el primer semestre del año.

Al mismo tiempo, los analistas aguardan con impaciencia el dato oficial del índice de precios al consumo para el mes de junio aunque parece bastante claro que ya se ha descontado ese 0,1% que los propios responsables de Economía han adelantado hace varios días. Pero no se puede olvidar el incremento de las disponibilidades líquidas, originado por el aumento del crédito al sector privado y, en última instancia, por el déficit público, que continúa preocupando a los observadores.