Un colectivo de músicos pide que se retenga parte del dinero que se reparten los sindicatos del sector
La intersindical ha ingresado más de 100 millones por la utilización de discos en lugares públicos
Un colectivo de músicos ha pedido que sea retenido parte del dinero que recibe la confederación de sindicatos de músicos por la utilización de discos en lugares públicos, al considerar que no son exactas las cifras de afiliados que dice tener cada sindicato miembro, y a partir de las cuales se reparte el dinero. Desde 1981 la confederación ha ingresado más de 100 millones de pesetas. Los dos sindicatos mayoritarios descienden directamente del antiguo vertical. Los censos de la confederación nunca han sido revisados y de sus datos se desprendería que en España hay unos 27.000 profesionales, más que en la RFA y más del doble que en Italia.
La Unión de Músicos, colectivo formado por 700 profesionales según sus declaraciones, ha pedido a la asociación de productores de discos que retenga parte del dinero que entrega a la Confederación de Sindicatos de Músicos (CIESM) hasta que no se vea en la Magistratura de Trabajo un recurso interpuesto tras la negativa de la confederación a admitirles en su seno.A raíz de la negativa de los sindicatos, la Unión de Músicos ha denunciado la irregularidad de los censos de la confederación, pues nunca han sido comprobados. A partir de estos censos se reparten los más de 100 millones ingresados por la confederación desde 1981, por la reproducción de discos en lugares públicos. El Ministerio de Trabajo reconoce a la Unión de Músicos como interlocutor válido para acuerdos entre los músicos profesionales y las salas de fiestas, como consta en un escrito del 27 de mayo de 1985.
Siete sindicatos forman la confederación de músicos, creada fundamentalmente para repartir el canon que, desde los años 40, se paga por la reproducción de un disco en un local público. De la cantidad recaudada, un 28% corresponde a la Sociedad General de Autores de España, y el resto a los productores de discos, que ceden un 10% a los sindicatos.
La confederación se reparte el dinero -más de 100 millones desde 1981, y más de 20 millones sólo en 1984-, según los censos declarados. En 1982, el sindicato SPME declaró tener 9.000 afiliados y el FESPE, 4.561. Estos colectivos descienden del antiguo sindicato vertical y conservan buena parte de los dirigentes.
En 1984, por presiones, al parecer, de CC OO, se decidió que los sindicatos justificaran su número de afiliados. A pesar del paro galopante en la profesión, que todos los sindicatos reconocen, y del descenso de la combatividad sindical que también reconocen, se aprecia un considerable aumento, según las cifras de los propios sindicatos.
Así, CC OO pasa de 803 a 2.500; UGT de 1.068 a 2.250; FESPE de 4.561 a 6.988; SPME de 9.000 a 9.956; y SGM de 1.658 a 2.240. Sólo el Sindicato Músical de Madrid, que declara perder 33 afiliados (de 1.244 a 1.211) y el de Cataluña, que aumenta en 16 (de 1.696 a 1.712), mantienen una posición moderada. Según Vicente Blanco, secretario general del Sindicato Musical de Madrid, "en aquella reunión nadie se fió de nadie y se llegó a un pacto político según el cual todos cobraríamos lo mismo, fuera cual fuera su censo". Se establece un 9,70% para todos, excepto para el SPME (32,50%) y el FESPE (19%).
En Italia hay 11.500 profesionales sindicados, mientras que España tiene más de 27.000, cifra superior también a los sindicados de la República Federal de Alemania. "Esta cantidad es absurda", dice Teddy Bautista, músico y directivo de la Sociedad General de Autores de España, . porque aunque puede existir un universo musical que se acerque a esa cifra, está claro que en España no debe de haber más de 9.000 verdaderos profesionales".
Según Ramón Gil, presidente de la Unión de Músicos, "ninguno de los censos está actualizado o, al menos, no han sido comprobado por una comisión de control, aunque sé establece en los estatutos de la confederación".
Para Luis Barco, vicepresidente del SPME durante dos años, hasta finales de 1984 "aunque el SPME dice tener más de 9.000 afiliados, no llega, en realidad, a los 2.000". Ramón Gil, de la Unión de Músicos, fundador y secretario general de la sección de música de UGT, asegura que esta organización no tiene "ni una veintena de afiliados en Madrid".
El censo
Jacinto Berzosa, secretario general del SPME, y Gaspar Salas, presidente del mismo sindicato, ambos dirigentes del antiguo sindicato vertical, niegan que su censo no esté actualizado, y acusan, al igual que Evaristo Serrano, del FESPE, a los sindicatos de ámbito local -especialmente al de Madrid y al de Barcelona- de llevarse proporcionalmente más dinero, ya que ellos deben distribuirlo entre todas las delegaciones que tienen en España.Las respuestas difieren para establecer qué han hecho los sindicatos con los más de 100 millones de pesetas recibidos. Vicente Blanco, responsable del Sindicato Mucical de Madrid, reconoce que "apenas nos da para mantener este local abierto.
Jesús Cubedo, del Sindicato Musical de Cataluña, dice: "Hacemos memorandos, festivales de promoción de la música, cursos de reciclaje, y un servicio de contratación". Ángel García Seoane, del Sindicato Galego da Música, declara que "en Cataluña y en Galicia se hacen cosas, pero en Madrid nada. Hemos gastado 2.000.000 de pesetas en publicidad en la prensa gallega para que se contrate directamente a los artistas".
Jacinto Berzosa, del SPME, asegura que "tenemos censos en 40 provincias, mantenemos hogares en Barcelona, Valencia y La Coruña. No creemos mucho en salir a la calle, porque se hace un festival que te cuesta todo el dinero que tienes y ya no puedes hacer más". El FESPE, según Evaristo Serrano, ha hecho "grandes espectáculos, elecciones de musas y lo que podemos con tan poco dinero". Para José Luis Raposo, de UGT, "hacemos festivales y compra de instrumentos". Emilio Rincón, de CC OO, dice: "distribuimos los fondos entre nuestros músicos".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.