El olvido
Poco es el presente, pero menos el pasado: un abismo de nada, un globo de ausencias, una continuidad de vacíos, un negro agujero compendiador de pavorosos agujeros negros. Así lo han decidido mayoría y leal oposición, personificadas en González y Fraga, con Peces-Barba de testigo del duelo. Hoy comienza el mundo, el bautismo se nos impone en tan calurosos días, la historia -de existir, que hay serias dudas- es pura arqueología. Adiós lastre, adiós, que limpios de polvo y paja nos aprestamos a un luminoso futuro.Hay quien cree que se trata de una grave equivocación. Perdonamos al mozalbete que nos arranca el bolso porque sabemos -o intuimos- su dura infancia. Aquel padre alcohólico, esa hilera de cuerpecillos tirados en una misma alfombra y que componía su familia; careció del cariño protector de una madre, quizá nunca pudo leer a Andersen y se maneja mal con la historia sagrada. Pero si no nos esforzamos por indagar en su pasado, ¿cómo podríamos perdonar a ese rapaz que nos deje sin cartera y huérfanos de Visa?
Esto es: comprendíamos a Fraga porque fue ministro de Franco, insultador de huelguistas, pergeñador de leyes de Prensa, acólito de tantas y tantas cosas, ministro del Interior cuando Vitoria o Montejurra. Y le perdonábamos. "Pobre", decíamos, "con esos antecedentes...". También a Felipe, que era un chico muy aplicado que incluso optó por llamarse Isidoro para que nadie se diera cuenta de que era sevillano, le entendíamos que dijera -que no dijera- ciertas cosas. "Suresnes o la herencia ucedea", argumentábamos.
¿Y ahora? En este nuevo mundo al que nos han encaminado, uno y otro recién nacido han de demostrarnos lo que dicen ser que son. A saber: un demócrata liberal y un socialista. Alguien que cree en la libertad y alguien que trabaja para la redistribución de la riqueza. Y tendrán que hacerlo a pecho descubierto, sin el recurso a la memoria colectiva de sus votantes, sin citas sobre la reforma o la ruptura, sin herencias indeseadas, sin recuerdos al anteayer. Ni hicieron ni dijeron antes del 23-J.
Ahora sí vamos a exigirles.
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