Nicolás Redondo se abstuvo en la votación de la ley de pensiones

El último pleno del Congreso de los Diputados de este periodo de sesiones aprobó ayer cuatro leyes, modificadas parcialmente en el Senado, en el que volvió a abrirse la polémica en torno a la ley de medidas urgentes para la racionalización de la estructura y de la acción protectora de la Seguridad Social, conocida como reforma de las pensiones. Todos los grupos parlamentarios, a excepción del socialista, se abstuvieron en esta votación, que no fue a la totalidad por ser una ley ordinaria y no orgánica, sino meramente de las enmiendas introducidas en la Cámara alta. Entre los abstencionistas estuvo el diputado del PSOE y secretario general de la UGT, Nicolás Redondo.

En este pleno extraordinario se aprobaron definitivamente la ley reguladora de los órganos rectores de cajas de ahorros, la ley de Aguas, la implantación del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y la reforma de las pensiones. En una vibrante intervención, el diputado popular Fernando Suárez acusó al "partido obrero" de aplicar la austeridad exclusivamente para "los viejos". "Ustedes no son austeros, sin embargo, para expropiar Rumasa o devolver patrimonios a los sindicatos o conceder pensiones a los concejales", enumeró, a modo de ejemplos, el diputado Fernando Suárez.

De nuevo se reiteraron las tesis de que con esta ley las jubilaciones iniciales serán más bajas y se "expulsa" del sistema de la Seguridad Social a un número sin precisar de futuros jubilados. Las enmiendas votadas ayer fueron introducidas por el Gupo Socialista del Senado, fruto de la negociación, sólo parcialmente satisfactoria, con UGT. Una de las enmiendas complementa la revalorización automática de las pensiones con carácter anual, añadiendo el criterio de atender las desviaciones que en la previsión de aumento del IPC puedan producirse.