Un dirigente de CC OO de Murcia y su mujer, muertos a tiros por un vecino ex legionario de 70 años
José González Alcaraz, miembro de la Ejecutiva Federal del sindicato Comisiones Obreras (CC OO), de 38 años de edad, y su esposa, Manuela Orto Padilla, de 37 años, fueron asesinados a tiros en la madrugada de ayer, cuando se encontraban charlando a la puerta de su casa, en la pedanía de El Palmar (Murcia). Poco después de cometerse los hechos fue detenido por la policía un vecino de los fallecidos, Eugenio Ortega, ex legionario, de unos 70 años de edad, como presunto autor de los disparos. La hija del matrimonio asesinado, Merche, de nueve años, y una vecina que les acompañaba cuando fueron abatidos resultaron ilesas.
Vecinos, familiares y compañeros de sindicato de José González coincidían ayer en atribuir los motivos del doble asesinato a conflictos vecinales, descartando por completo el móvil político. El detenido como presunto autor de los disparos, realizados con una escopeta de postas, Eugenio Ortega, antiguo miembro de la Legión francesa, conocido en el barrio como el Moro, es considerado entre los vecinos como un hombre de carácter difícil, aficionado a dirigirse con palabras y proposiciones deshonestas a las mujeres y a las niñas de la vecindad.Esta conducta motivó que Manuela Orto promoviera una recogida de firmas, entre los vecinos del barrio para pedir que las autoridades trasladasen a Eugenio Ortega.
Según indicaron algunos vecinos de las víctimas, Eugenio Ortega había amenazado de muerte al matrimonio asesinado, tras ser condenado en un juicio, celebrado a raíz de la denuncia que Manuela Orto presentó contra él tras haber sido golpeada en el transcurso de una discusión.
Tomando el fresco
La vecina que acompañaba a José González y a su esposa cuando fueron asesinados, llamada Fermina, relató a este periódico su versión de los hechos. "Estábamos tomando el fresco, sentados en un banco, el matrimonio, su hija y yo, cuando oímos un fuerte estampido, como un trueno. Manuela, la niña y yo echamos a correr sin saber lo que había ocurrido. Cuando me volví vi a José desplomado sobre el banco, y a Manuela, todavía en pie, que sangraba por el cuello y decía "que me muero, que me muero". Fermina asegura que no pudo ver de dónde procedía lo que luego comprendió que eran disparos, ya que no vio a ninguna otra persona en las cercanías. Hacía pocos minutos que se había retirado a sus casas un grupo de vecinos con los que habían estado charlando.
La hipótesis barajada por los vecinos hace referencia al hecho de que el balcón del piso de Eugenio Ortega, situado en la primera planta del edificio inmediato al lugar donde estaban situadas las víctimas, dista apenas cuatro metros del banco en el que permanecía el matrimonio asesinado.
La policía no quiso asegurar, a última hora de la tarde de ayer, que Eugenio Ortega se encontrase detenido. "No podemos decir formal y legalmente que exista una detención", aunque confirmaron que le fue intervenida una escopeta de postas. Testigos presenciales, miembros de Comisiones Obreras que se desplazaron inmediatamente al lugar de los hechos, afirmaron haber visto cómo aproximadamente a las dos de la madrugada de ayer se llevaban a Eugenio Ortega, que no ofrecía resistencia. En un primer momento, según oyeron algunos vecinos, Ortega había expresado a gritos su disgusto y extrañeza por la visita de la policía, que se personó inmediatamente en el lugar de los hechos. Fuentes de la Jefatura de Policía de Murcia no quisieron proporcionar, a última hora de la tarde de ayer, más datos sobre el caso.
A diferencia del ex legionario, el matrimonio asesinado era muy popular en la barriada obrera de los Rosales, donde vivía desde hacía muchos años. Manuela Orto Padilla, que no militaba en el sindicato de su marido, era conocida en el barrio por su actividad en defensa de los derechos vecinales.
José González Alcaraz pertenecía a Comisiones Obreras desde 1980, fecha en que se incorporó como miembro de la corriente socialista autogestionaria, tras una excisión en la Unión Sindical Obrera (USO), donde militaba anteriormente. En este sindicato ejerció la función de secretario regional de la construcción. Actualmente era miembro de la Ejecutiva Federal de Comisiones Obreras, y ocupaba otros cargos de responsabilidad en la federación murciana de la construcción. Según le definían sus compañeros, González Alcaraz era el prototipo del sindicalista honesto, "un clásico tío de la construcción, un poco bruto a la hora de expresarse, pero muy sanote". El sindicalista asesinado trabajaba como técnico de organización en la empresa constructora Bernal Pareja, SA, de Murcia. Su esposa era empleada de hogar por horas. El matrimonio tenía dos hijos, Merche, de nueve años, que se hallaba con sus padres cuando fueron asesinados, y Juan José, de 13 años, que en el momento de producirse el suceso se encontraba en el domicilio familiar, a pocos metros del lugar.
El entierro de los fallecidos se celebrará hoy a las once de la mañana, una vez realizada la autopsia de los cadáveres. Por decisión de los familiares, José González Alcaraz será enterrado en el cementerio de El Palmar, y su esposa Manuela, en el de Murcia. La capilla ardiente, instalada en el Hospital Provincial de la capital murciana, se encontraba ayer abarrotada de amigos y familiares de las víctimas, que se manifestaban consternados e indignados por lo que había sucedido.
Los funerales, que tendrán lugar también esta mañana, contarán con la presencia mayoritaria de los vecinos y compañeros del matrimonio asesinado. Han anunciado también su asistencia varios miembros de la Ejecutiva Nacional de CC OO.
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