Helmut Kohl declara sobre el escándalo de las donaciones a las organizaciones políticas
El canciller de la República Federal de Alemania (RFA), Helmut Kohl, compareció ayer en Maguncia ante una comisión parlamentaria del Estado de Renania Palatinado para declarar en relación con un escándalo de subvenciones a los partidos políticos y evasión fiscal. La comparecencia de Helmut Kohl fue de poca ayuda para los investigadores. El canciller manifestó que desconocía o había olvidado, dado el tiempo transcurrido desde entonces, que muchas asociaciones con supuestos fines filantrópicos o de investigación se dedicaban en realidad única y exclusivamente a encauzar las subvenciones a los partidos, sobre todo al suyo, la Unión Demócrata Cristiana (CDU).La investigación de este caso, que se remonta a los siete años en que Kohl fue jefe del Gobierno de dicho Estado -de 1969 a 1976-, ha revelado indicios de que el actual canciller estaba al corriente de las prácticas ilegales de financiación de partidos y las utilizó en beneficio propio.
Las citadas asociaciones, radicadas todas en Renania Palatinado, conseguían con sorprendente facilidad la calificación oficial de utilidad pública, por lo que las donaciones a las mismas disfrutaban de desgravación fiscal. El dinero que recibían era transferido generalmente a Suiza, donde los políticos del CDU y del Partido Liberal (FDP) lo recogían.
Helmut Kohl reconoció haber pedido y obtenido dinero de empresas y particulares en su calidad de presidente del partido democristiano. Tuvo que reconocer también que "no fue correcta" una solicitud de donaciones enviada en el año 1969, poco después de acceder a la jefatura del Gobierno en Maguncia, con el membrete de la presidencia.
El canciller, que se mostró nervioso en su declaración y tachó de "periodismo de cloaca" a los medios que tratan de "criminalizar políticamente" los legítimos esfuerzos de los partidos democráticos por conseguir fondos para su funcionamiento, manifestó que no se acordaba de donaciones concretas, como las dos de 50.000 marcos (casi tres millones de pesetas) de Daimler-Benz y los seguros Barmenia o los 60.000 de la compañía Brinkmann que constan a la comisión. Barmenia envió en 1976 el dinero a la Asociación de Cíudadanía y una carta a Kohl expresando el deseo de la dirección de que la suma fuera útil para "la victoriosa campaña" electoral de aquel año. El consorcio Gerling envió a Kohl 30.000 marcos, que después desgravó como donación a una de estas sociedades de utilidad pública.
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