Ronald Reagan vuelve a tomar las riendas del poder tras una "espectacular" recuperación posoperatoria
Sin esperar a que transcurra un día después de la operación intestinal, Ronald Reagan ha vuelto a retomar las riendas del poder, que sólo estuvo nueve horas en manos del vicepresidente, George Bush, y afirmó ayer que quiere "acción" esta semana en el problema de la reducción del déficit presupuestario. Los médicos que te atienden en el hospital Naval de Bethesda, a las afueras de Washington, calificaron ayer de "espectacular" la recuperación del presidente, "sus constantes vitales son sólidas como una roca y está mejor que el 99% de los pacientes que sufre una intervención de este tipo".
Sin embargo, la gran incógnita no se despejará hasta el mediodía de hoy, cuando se conozcan los resultados definitivos del examen microscópico a que ha sido sometido el tumor de cinco centímetros de diámetro que le fue extirpado el sábado junto con 60 centímetros de su intestino, en una operación de tres horas de duración. Existe algo más de un 50% de posibilidades de que el tumor, que tiene la forma de la cabeza de una coliflor y es conocido como adenoma velloso, o las paredes intestinales tengan células cancerosas.El presidente, en cuanto se despertó de la anestesia el sábado por la tarde, pidió una pluma y redactó una carta en la que anunciaba que volvía a desempeñar los poderes de su cargo. A las 21.05, hora de Washington (03.05, hora peninsular), el Congreso recibió esta notificación que puso fin a las funciones interinas que había ejercido el vicepresidente, que se convirtió formalmente en el primer presidente en funciones de la historia de Estados Unidos, por la aplicación de hecho de la enmienda 25 de la Constitución.
Un buen trabajo
A primera hora de la mañana del domingo, Reagan abandonó la unidad de vigilancia intensiva, donde había pasado la noche, y quiso caminar hasta su habitación, una suite con una sala de conferencias, un dormitorio auxiliar y una cocina, y que cuesta 452 dólares diarios (unas 100.000 pesetas), pero los médicos no se lo permitieron. "Estoy asombrado de lo bien que me encuentro. Estos muchachos han hecho un buen trabajo", dijo el presidente al llegar a su cuarto. Lo primero que hizo, informó su portavoz, Larry Speakes, fue hojear los periódicos dominicales, deteniéndose en los comics, una de sus secciones favoritas, y ver los informes de seguridad nacional de las últimas horas.
El presidente despachó unos 10 minutos con su jefe de Gabinete, Donald Reagan, y hojeó también algunos papeles de política legislativa. Los dos últimos días, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Robert Dole, ha criticado al presidente afirmando que a éste no le preocupa suficientemente el problema del déficit presupuestario, que asciende a 200.000 millones de dólares (unos 33 billones de pesetas). Una fórmula bipartidaria para lograr el próximo año una reducción de 56.000 millones de dólares en el déficit había sido negociada por el presidente y las dos Cámaras antes de la operación, pero encuentra resistencias entre los senadores republicanos.
El compromiso, que el presidente quiere cerrar antes del 1 de agosto, fecha en la que el Congreso se va de vacaciones, consiste en aceptar las cifras más altas del gasto de Defensa que defiende la Cámara de Representantes, dominada por los demócratas, y no congelar, como proponía el Senado republicano, los beneficios de la Seguridad Social. Esta semana el presidente utilizará el teléfono para conseguir desde el hospital un acuerdo definitivo.
Reagan estuvo ayer durante un rato sentado en una silla y recibió la visita de su esposa, Nancy, que debido a la tensión de las últimas horas muestra signos de cansancio y tuvo que ser ayudada a caminar. El presidente tiene una sonda nasogástrica para eliminar gases del estómago y dentro de unos días iniciará una dieta líquida. Sólo recibe antibióticos y unas inyecciones con pequeñas dosis de morfina en la espalda, junto a la parte más baja de la espina dorsal, para atenuar los dolores.
El presidente no se ha quejado de dolores en el vientre y no se siente especialmente incómodo. Las pruebas de laboratorio de sangre y orina, así como un examen de su sistema respiratorio, que se le practicaron en la mañana del domingo, han dado perfectos resultados. Hasta el momento no se ha presentado ningún tipo de complicación. "Este hombre tiene el interior de una persona de 40 años", afirmó el doctor Steven Rosenberg, uno de los cinco cirujanos que practicaron la operación.
Los médicos creen que el 14 agosto el presidente podrá estar de nuevo montando a caballo en su rancho de California.
Esta mañana a las ocho el equipo del presidente se reunirá en la Casa Blanca con el consejero nacional de seguridad, Robert McFarlane, como hace todos los días y luego acudirán a Bethesda, donde los sistemas de comunicaciones que necesita el presidente están instalados para que pueda dirigir el país desde el hospital, que sólo se encuentra a dos minutos de helicóptero de la Casa Blanca y a media hora de coche.
Ronald Reagan no tenía una agenda muy cargada esta semana. Hoy estaba prevista una recepción al cuerpo diplomático y antes de fin de mes estaba proyectada la visita oficial del presidente de China.
La detección del tumor extirpado fue tardía
El tumor intestinal que le fue extirpado el sábado a Ronald Reagan, un adenoma velloso de cinco centímetros de diámetro, pudo haber sido descubierto hace 14 meses, cuando se detectó en su colon el primer pólipo benigno, dijeron ayer expertos médicos citados por el diario The Washington Post. Sin embargo, en mayo de 1984 no se practicó una colonoscopia que hubiera descubierto el tumor que tiene algo más de un 50%. de posibilidades de ser canceroso, según informó tras la operación Steve Rosenberg, cirujano jefe del Instituto Nacional del Cáncer.Los doctores que han intervenido en este caso se defienden y afirman que los dos primeros pólipos encontrados en el intestino de Reagan eran inflamatorios y no se convierten nunca en cancerosos, por lo cual aseguran que se actuó adecuadamente.
Ha sorprendido también en círculos médicos que no se le practicara antes a Reagan un examen de rayos X de su cavidad abdominal, con una solución de bario, que también hubiera podido reflejar por contraste la existencia del tumor, cuya naturaleza definitiva será conocida hoy. Durante las últimas 48 horas, los patólogos, utilizando un sistema de secciones permanentes, han sometido a las preparaciones de diferentes cortes del pólipo a soluciones químicas añadiendo ciertos tintes para determinar si el tumor tiene anormalidades.
Ayer se supo también que el hermano de Reagan, Nail, de 76 años, sufrió solo hace 11 días una operación de cáncer de colon similar a la practicada al presidente. Los antecedentes familiares en los casos de cáncer son importantes y se estima que por esta historia previa los médicos debieron haberse dado cuenta de que Ronald Reagan tenía un elevado riesgo de sufrir la misma enfermedad y podían haber actuado con más anticipación. El tumor del presidente, por su gran tamaño, ha debido estar desarrollándose en la pared del intestino al menos desde hace dos años y quizá desde hace cuatro, afirmó ayer el doctor Arnold Levy, vicepresidente de la Sociedad Americana de Enfermedades Digestivas.
La intervención del sábado fue una operación para quitar un cáncer. Como el equipo médico dirigido por el cirujano militar Dale Oller no sabía si el pólipo era o no benigno, actuó como si fuera maligno. Esto explica que quitaran no sólo el tumor, sino también 60 centímetros del intestino, que tiene una forma tubular. Luego cosieron el intestino grueso al intestino delgado y, a pesar de la pérdida de una sección larga, el presidente no tendrá problemas fisiológicos.
Exploración minuciosa
Los médicos retiraron, sin tocarla físicamente, todo el área que puede tener células cancerosas y extremaron las precauciones para no tocar el pólipo por miedo a que se desparramaran las posibles células malignas. Palparon con los dedos otras áreas de la cavidad abdominal, como los nódulos linfáticos, para sentir al tacto si había más cáncer. También examinaron el hígado, el bazo y el resto del intestino. Estos exámenes ofrecieron un resultado negativo, lo que significa que en los órganos y zonas mencionadas no hay crecimientos celulares anormales.
El exámen microscópico que los patólogos han practicado durante todo el fin de semana permitirá averiguar, además de si hay cáncer, un dato muy importante, la localización de las células malignas.
Si el cáncer está limitado únicamente a una pequeña parte del pólipo, el presidente puede estar curado sólo con esta operación, aunque deberá someterse el resto de su vida a rígidos controles periódicos para detectar la presencia de futuros pólipos. Sin embargo, si las células malignas han tocado la pared intestinal, las posibilidades de supervivencia por un período de cinco años se estiman en un 80%. Si ha penetrado al interior de la pared, el porcentaje de posibilidades de supervivencia se reduce al 75% y si el cáncer se ha extendido a los nódulos básicos, la probabilidad de supervivencia desdiende a un 58%.
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