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Peter Brook presenta en el festival de Aviñón el montaje teatral más largo de la historia

La representación del 'Mahabharata' le ha llevado 10 años de preparación

Peter Brook, un monstruo teatral, de 60 años lleno de vitalidad y que en su larga vida ha recorrido todos los estilos escénicos, ha conseguido hacer realidad, después de 10 años de preparación, el montaje más largo en la historia del teatro. Casi nueve horas (12 horas en total con los intermedios) es la duración de su versión teatral sobre el Mahabharara -dividido en tres partes: La partida de dados, El exilio en el bosque y La guerra - , donde participan 22 actores y cinco músicos de 13 nacionalidades diferentes. La adaptación de este poema épico indio ha sido realizada por Jean-Claude Carrier, colaborador y guionista de Buñuel y otros importantes directores, que desde hace tiempo lo es también de Brook.

Para la representación del Mahabharata en el festival de Avignon, donde mañana sábado se estrena la versión íntegra, se ha habilitado una cantera a 15 kilómetros de la ciudad. La representación comenzará a las siete de la tarde y finalizará a las siete de la mañana.

El Mahabharata está coproducido conjuntamente por el Centro Internacional de Creaciones Teatrales (CICT), dirigido por Michelíne Rozán y el propio Brook, los festivales de Avignon, Atenas, Francfort, Roma, el Teatro Traffic de Copenhague y el Festival de Otoño de Madrid. Por primera vez en España, una entidad privada -El Corte Inglés- patrocina un espectáculo de las características del Mahabharata, que puede abrir una puerta a costosas producciones teatrales desde la iniciativa privada.

Preguntado Peter Brook si puede contar su interés por el Mahabharata y su adaptación al teatro, el director británico responde: "Para mí, el poema del Mahabharata es una de las obras maestras de la Humanidad y, como toda gran obra, está alejada y próxima a nosotros. Encierra las expresiones más profundas del pensamiento indio y, por tanto, desde hace más de 2.000 años, ha penetrado tan íntimamente en la vida cotidiana de la India que para cientos de millones de seres sus personajes están eternamente vivos, son tan reales como los miembros de la familia".

Tesoro poético

"El proyecto de montar el Mahabharata" -añade Brook-, "aunque en un principio fue una idea mía y de Jean-Claude Carriére, ha sido una creación de todo un equipo donde están incluidos actores, músicos, etcétera. A partir de la decisión de montar las historias del Mahabharata para el público occidental, comenzamos una larga serie de viajes en los cuales participaron todos los que tomaron parte en el proyecto, actores, músicos, decorador, etcétera".

"La India -dice Brook- dejó de ser un sueño, se convirtió en una realidad infinitamente más rica, cada día nos deparaba una sorpresa, un descubrimiento, sentíamos que durante varios miles de años, había vivido en un clima de creatividad constante. Cualesquiera que sean los aspectos de la experiencia humana, los indios han explorado todas sus posibilidades, aunque se trate del elemento humano más humilde y chocante: véase un dedo, todo lo que éste puede hacer ha sido explorado y codificado. Trátese de un sonido, de una nota, de una piedra, de un color, todos los aspectos prácticos, artísticos y espirituales han sido analizados, catalogados, entrelazados unos con otros".

"Cuanto más nos aproximábamos a las formas tradicionales de las artes indias del espectáculo", añade, "más nos damos cuenta de la necesidad de pasar una vida entera para dominarlas. Un extranjero sólo podría admirarlas, pues la imitación le resulta imposible. La línea que separa una representación de una ceremonia es muy dificil de trazar. Cada región de la India ha desarrollado su propia forma teatral y cada forma relata un momento del Mahabharata"

Sugerir, no imitar

Para Brook "la solemnidad es el peor enenúgo del teatro y deberíamos evitar caer en una falsa veneración". Y añade: "Nos hemos dejado guiar ante todo por la tradición popular, hemos reconocido en ella técnicas que son comunes a todas las tradiciones populares. Hemos considerado siempre un grupo teatral como un narrador con múltiples caras, pero una de las maneras más fascinantes en la India de ir a la búsqueda del Mahabharata es, precisamente, a través de un narrador que no solamente toque un instrumento musical, pero que lo utilice como un accesorio único para sugerir tanto un arco como una espada, una maza, un río, todo un ejército, o la cola de un mono".

A su regreso de la India, Brook sabía que "no se trataba de imitar, sino de sugerir: no pretendemos reconstruir la India dravidiana o ariana de hace 3.000 años, no tenemos la intención y la pretensión de presentar los símbolos de la filosofía hindú. En la música, en el vestuario, en los movimientos, hemos tratado de sugerir la presencia de la India. En ningún caso hemos querido parecer como lo que no somos. Muy al contrario, las numerosas nacionalidades que se han reunido alrededor de nosotros tratan de reflexionar sobre el Mahabharata, aportando cada uno algo personal, de este modo queremos celebrar una obra que sólo la India podría haber creado, pero cuyos ecos son perceptibles en todas partes"

Peter Brook habla de su último trabajo. Preguntado cómo fueron sus comienzos en el teatro, dice: "Comencé en el cine a los 17 años, con una película titulada A sentimental journey. Después vino el teatro, que para mí es una necesidad física, casi sexual. Llegué a él sin ninguna teoría. Era como hacer un anuncio publicitario. Para mí el teatro no es el terreno para mostrar una ideología, sino un lugar de búsqueda y de creación de energía positiva. Es como el fútbol: produce movimiento y crea energía".

"He recorrido" -dice Brook" todos los estilos teatrales. Para entender algo hay que verlo con los propios ojos. Un joven puede decir que el teatro de bulevar es malo. ¿Por qué es malo? Quizá porque ha leído algún libro de Brecht donde no se habla bien del teatro de bulevar. Esto no es justo. Lo importante es provocar todas las formas y saber encontrar las cosas que merecen la pena.

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